Con un profundo dolor, pero orgullosos de su legado, el club de futbol argentino favorito del Papa Francisco, San Lorenzo, despidió a quien consideraban cómo no sólo su seguidor más célebre, sino cómo el más leal que han tenido a lo largo de su existencia.

“Se lo llora en todas las latitudes, con consternación, y se lo despide con la mayor admiración posible. Su huella será imborrable. Abandonó este mundo, pero jamás dejará nuestros corazones”, escribieron los directivos de este equipo.

Este club es del barrio Bajo Flores, en el suroeste de Buenos Aires, y fue fundado por un sacerdote jesuita en el 1908. De hecho, el Santo Padre era tan cercano a ellos que, cada 1 de abril oficiaba la misa en la capilla de este barrio marginado de la capital argentina, para celebrar su aniversario.

Tras el anuncio de su muerte, en la puerta de la catedral de Buenos Aires se creó un altar improvisado para el difunto pontífice, en el cual no sólo hay figuras religiosas, sino también camisetas, banderines y mantas con el logo del San Lorenzo.

“Su pasión por San Lorenzo siempre nos conmovió especialmente, y nos une en un constante rezo por su alma. Desde niño, los colores azulgranas lo cautivaron. Desde su hogar en Flores aprendió a amar al Ciclón, y consigo al futbol”, añadieron en el mismo comunicado.

Según lo que se sabe de la vida del Papa Francisco, un muy joven Bergoglio se enamoró del equipo en 1946, después de que este ganara el campeonato nacional al derrotar de forma casi milagrosa, y heroica, a clubs de la talla del Boca, River, Racing y otros de la liga argentina.

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Foto: Redes Sociales

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