El grupo Volkswagen ha dejado en claro que no tiene planes inmediatos de mover sus fábricas ubicadas en México y Canadá a los Estados Unidos, a pesar de los nuevos aranceles del 25% que el presidente Donald Trump ha propuesto imponer a sus socios comerciales. Esta declaración surge en medio de la creciente incertidumbre en la industria automotriz, ante las amenazas arancelarias que podrían afectar las operaciones en América del Norte.

Durante la presentación anual de resultados 2024, el consejero delegado de Volkswagen, Oliver Blume, destacó que, si bien el grupo continuará manteniendo conversaciones con la Administración Trump, no existe una decisión tomada sobre reubicar sus plantas. Blume explicó que estas negociaciones se llevarán a cabo en el contexto de la Comisión Europea, una vez que se tenga claridad sobre el nuevo gobierno en Alemania y los parámetros comerciales definitivos.

La integración de la industria automotriz en Norteamérica

Volkswagen también subrayó que la industria automotriz en América del Norte está profundamente integrada, especialmente en lo que respecta a México y Canadá, lo que hace que cualquier movimiento estratégico sea complejo y de largo plazo. En este sentido, Arno Antlitz, director financiero del grupo, aclaró que trasladar una planta no es algo que se pueda realizar rápidamente.

“No se puede mover una planta de coches de la noche a la mañana. Se necesita tiempo para reestructurar, por lo que estamos observando lo que está sucediendo en los Estados Unidos antes de tomar cualquier decisión”, afirmó Antlitz. A pesar de la presión arancelaria, Volkswagen planea seguir con sus inversiones en México y Canadá, como la fábrica de baterías en Ontario y la producción de modelos como el Tayron en el país azteca.

La planta de Puebla y la producción de vehículos eléctricos

En cuanto a sus instalaciones en Puebla, Volkswagen confirmó que no se verán afectadas por los posibles cambios comerciales, ya que el grupo ha decidido mover la producción del modelo Golf a México. Esto permitirá a la planta de Wolfsburg en Alemania centrarse en la fabricación de modelos eléctricos más avanzados, como parte de una estrategia a largo plazo para adaptarse a la transición hacia la movilidad sostenible.

Antlitz añadió que, aunque se ha reducido la capacidad de algunas de sus plantas de baterías, las inversiones en producción de vehículos eléctricos seguirán adelante, adaptándose a la demanda del mercado BEV (vehículos eléctricos de batería). La reducción en la producción de baterías se debe a una baja demanda en los mercados clave, lo que ha llevado a Volkswagen a ajustar sus expectativas de producción de 15,000 millones de baterías a 10,000 millones para los próximos años.

Flexibilidad ante los cambios regulatorios en Europa

Un aspecto positivo para Volkswagen, según Blume, es el aplazamiento de las sanciones sobre emisiones de CO2 impuestas por la Unión Europea, que habrían generado una multas millonarias a los fabricantes de automóviles. La modificación en las normativas, que extiende los plazos para alcanzar los objetivos de emisiones de carbono, ha sido vista como una medida pragmática, dada la desaceleración en el crecimiento de la movilidad eléctrica en los últimos años.

La compañía ha acogido con buenos ojos este cambio, ya que les permite más tiempo para cumplir con los objetivos establecidos, sin arriesgarse a enfrentar costosas sanciones. “Este aplazamiento nos da un respiro y nos permitirá reinvertir los fondos que de otro modo habríamos pagado en multas. Así, en los próximos años, podremos mejorar nuestros resultados y seguir impulsando la transición hacia vehículos más ecológicos”, explicó el director financiero de Volkswagen.

El futuro de Volkswagen y sus fábricas en América

A pesar de las amenazas de aranceles y la incertidumbre económica, Volkswagen sigue comprometida con su expansión en México y Canadá, apostando por modelos eléctricos y tecnologías de vanguardia en sus plantas de baterías. Sin embargo, la decisión de no trasladar sus fábricas a los EE.UU. refleja una visión a largo plazo, que prioriza la estabilidad de su red de producción en América del Norte.

Con investigaciones en curso sobre el impacto de los aranceles propuestos y la adaptación a los cambios regulatorios en Europa, Volkswagen buscará ajustar sus estrategias a medida que la situación evoluciona. Por lo pronto, la empresa parece decidida a mantener su presencia en México y Canadá, mientras se ajusta a las demandas del mercado global.

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foto cortesía 

xmh