La nave espacial Blue Ghost, desarrollada por Firefly Aerospace, logró un histórico alunizaje exitoso, consolidándose como una de las principales apuestas privadas en la nueva carrera lunar. Este logro marca el inicio de una misión científica que se extenderá por dos semanas y que tiene como objetivo recolectar datos en la superficie del satélite.

El módulo, del tamaño de un automóvil y con una estructura de cuatro patas, aterrizó en la zona del Mare Crisium, una antigua cuenca volcánica en la cara visible de la Luna. A bordo transportaba 10 instrumentos científicos diseñados para recopilar información clave sobre el entorno lunar.

La tensión fue palpable en la sala de control de Firefly Aerospace en Austin, Texas, mientras la nave completaba su descenso a una velocidad controlada de 3 kilómetros por hora. Minutos después de confirmar la inserción en la gravedad lunar, Will Coogan, ingeniero jefe del proyecto, anunció con emoción: "Estamos en la Luna", desatando la celebración entre los miembros del equipo.

Firefly Aerospace se convierte en la segunda empresa privada en lograr un alunizaje exitoso, aunque destaca como la primera en completar un descenso totalmente controlado sin daños significativos. En contraste, el módulo Odysseus de Intuitive Machines aterrizó de forma inestable el año pasado, dejando varios de sus instrumentos inoperativos.

A lo largo de la historia, solo cinco países han logrado aterrizajes suaves en la Luna: la Unión Soviética, Estados Unidos, China, India y Japón. Sin embargo, con la creciente participación del sector privado, la exploración lunar se ha convertido en un nuevo campo de competencia global. Tanto Estados Unidos como China buscan enviar astronautas a la Luna en los próximos años, respaldando a sus industrias espaciales en el desarrollo de tecnologías avanzadas para futuras misiones tripuladas.

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Foto: Especial 

cdch