- Salud
Detectan relación entre obesidad infantil y envejecimiento prematuro
México.- Especialistas de la UNAM detectaron que niñas y niños con obesidad o sobrepeso presentan también procesos relacionados con el envejecimiento prematuro, como acortamiento de telómeros (regiones en los extremos de los cromosomas).
“Estos últimos son importantes para mantener la estabilidad de nuestro genoma, pero conforme avanza la edad dicha zona protectora disminuye. El acortamiento se asocia a un proceso llamado senescencia, durante el cual las células dejan de proliferar y la capacidad de regenerar tejidos disminuye. Es el preámbulo para el inicio del envejecimiento”, explica la investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt), Leonor Pérez Martínez.
Ella y su equipo participaron en un estudio con 134 niñas y niños de Morelos, de entre ocho y 10 años, a quienes se les tomaron muestras de saliva para medir la longitud de sus telómeros. También colaboraron médicos clínicos y psicólogos, y se les realizaron pruebas morfométricas a los y las infantes, a fin de evaluar el estado de su metabolismo.
En los varones se detectó obesidad por desorden metabólico, que consiste en un proceso inflamatorio de todo el organismo, en el que el sistema inmune se activa de manera exacerbada y durante tiempo prolongado, lo que compromete el funcionamiento de muchos tipos de células, órganos y de todo el cuerpo.
“Hay evidencias de que esta inflamación también contribuye al acortamiento de telómeros, asociado a adultos de edades avanzadas y con la aparición de enfermedades degenerativas. Nuestros hallazgos pueden sugerir un envejecimiento celular anticipado en niños y niñas con sobrepeso y obesidad”, agrega la doctora en Biología Celular.
Dicho desorden se presenta por desbalances energéticos ocasionados por un consumo alto de grasas y azúcares, y baja o nula actividad física. Entre otros parámetros, se caracteriza por el desarrollo de resistencia a la insulina, resultado de la inflamación asociada a la obesidad.
“La resistencia a la insulina implica que no se pueden disminuir los niveles de glucosa en la sangre, lo que compromete el funcionamiento de muchos órganos: hígado, páncreas, intestino y cerebro, y en este último se afectan funciones de alto orden, como la memoria y el aprendizaje”.
La especialista universitaria subraya que estos hallazgos en la población infantil llaman a poner en alerta a los sistemas de salud, los cuales pueden verse impactados de manera considerable ante la probabilidad de que las infancias muestren hipertensión, obesidad, sobrepeso e incluso resistencia a la insulina a edades muy tempranas, y de desarrollar enfermedades crónico-degenerativas.
La obesidad y el sobrepeso están entre las causas principales de la diabetes tipo 2, afecciones cardiovasculares, esteatosis hepática y algunos tipos de cáncer. “Estos padecimientos, incluso las demencias, se asociaban a personas de la tercera edad, como consecuencia de que sus sistemas de protección ya no son del todo funcionales”, remarca.
La universitaria asegura que, una buena noticia de este estudio, es que investigadores e investigadoras de la UNAM, y especialistas en medicina clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social, y en psicología de la Universidad Autónoma del Estado de México, descubrieron que, entre menores con cierto nivel de obesidad, pero que realizaban alguna actividad física, no se observó acortamiento significativo de telómeros.
“Son evidencias útiles para que nuestras autoridades implementen prácticas deportivas dentro de las escuelas como algo obligatorio, y un recordatorio para los padres y madres de familia sobre la importancia de la actividad física para sus hijos e hijas. Las estadísticas indican que somos el país con mayor obesidad infantil del mundo y esto es preocupante. ¿Cómo va a ser la salud de nuestros jóvenes?”, remarca.
Lo recomendable, indica la experta, es que los niños y niñas hagan ejercicio una hora al día y que, al ejercitarse, interactúen con más personas de su edad y estimulen su cerebro para que éste produzca sustancias que den sensación de felicidad o ayuden a disminuir el estrés.
“Este estudio se centró en las niñeces, debido a que son nuestro futuro como sociedad. Es necesario darles cuidado durante sus primeros años de vida, a través de una buena dieta, ejercicio e interacción social, ya que así se estimula su cerebro y con ello, sus capacidades cognitivas, de memoria, aprendizaje y un buen funcionamiento de todo su organismo”.
Profundización del estudio
Se contempla ampliar este estudio ahora en el Instituto Nacional de Pediatría, que atiende a niñas y niños proveniente de todo el país. Será una colaboración con Lorena Orozco, investigadora en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Medicina Genómica.
“El proyecto implica identificar (con diferentes estrategias de secuenciación) tres o cuatro biomarcadores que nos permitan predecir si una o un menor de edad está en riesgo o si presenta un proceso inflamatorio importante y debe corregir su estilo de vida”, comenta.
La bióloga y también maestra en Ciencias indica que se pretende afinar su protocolo para la medición de la longitud de telómeros, con el fin de que éste pueda realizarse en cualquier parte del país, sin importar que no se tengan equipos muy sofisticados.
De igual forma, se espera incluir el análisis del impacto de la microbiota intestinal (las bacterias que tenemos en el intestino) en el funcionamiento del organismo y cómo éstas cambian cuando hay síndrome metabólico en la población infantil mexicana seleccionada.
“Nuestro grupo está interesado en identificar estrategias biotecnológicas con actividad antiinflamatoria para intentar mejorar la calidad de vida de mexicanos y mexicanas, sobre todo en gente de la tercera edad, para que sean personas funcionales que mantengan sus capacidades cognitivas”, finaliza la investigadora.
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