Tecámac.- La tarde de este martes 10 de diciembre, un incidente relacionado con el uso de pirotecnia puso en riesgo la seguridad de un grupo de peregrinos que se dirigían a la Basílica de Guadalupe.

Una camioneta que circulaba por la carretera México-Pachuca, a la altura de Ozumbilla, en Tecámac, sufrió una explosión en su interior, aparentemente por los fuegos artificiales que transportaba.

El estallido causó una gran nube de humo, lo que alertó a conductores y peatones en la zona. Como resultado, una mujer de 19 años y una bebé de apenas 9 meses resultaron heridas.

Afortunadamente, ambas fueron atendidas en el lugar por paramédicos de Tecámac y no fue necesario su traslado a un hospital. Por otro lado, el vehículo únicamente sufrió daños menores en la carrocería, y no se reportaron más personas lesionadas ni en el vehículo ni entre los transeúntes cercanos.

A pesar de este contratiempo, la peregrinación continuó su camino hacia la Ciudad de México, donde miles de personas se alistan para las celebraciones del 12 de diciembre en honor a la Virgen de Guadalupe.

Este incidente revive el polémico debate sobre el uso de la pirotecnia, especialmente en eventos populares como las peregrinaciones y celebraciones religiosas. Aunque la pirotecnia no está prohibida a nivel federal, su uso sigue siendo un tema de controversia debido a los peligros inherentes.

El transporte, venta y uso de estos artefactos están regulados por la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y su reglamento, pero las tragedias relacionadas con su uso son frecuentes.

Entre 2012 y 2018, se registraron al menos 172 accidentes vinculados con la pirotecnia en todo el país, dejando 241 personas muertas y 894 heridas. El Estado de México es la región con más incidentes, seguida de Puebla y Tlaxcala.

Las autoridades locales han enfrentado crecientes peticiones de la sociedad para que se prohíba o restrinja aún más el uso de pirotecnia, a lo que se oponen algunas comunidades y grupos religiosos que defienden la tradición.

En este contexto, se han propuesto dos soluciones: la primera, un endurecimiento de las regulaciones y controles en la producción, distribución y venta de pirotecnia, y la segunda, una educación más eficaz sobre los riesgos de su uso y las medidas de seguridad necesarias.

A medida que los accidentes continúan ocurriendo, la presión sobre las autoridades aumenta, mientras la sociedad permanece dividida en torno a cómo equilibrar la tradición con la seguridad.

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Foto cortesía

xmh