Durango. - La tranquilidad de la comunidad de Vasco Gil, en Santiago Papasquiaro, Durango, se vio severamente perturbada la mañana de este lunes, cuando la población reportó la caída de cuatro artefactos explosivos lanzados desde una avioneta.

Este suceso, ocurrido cerca de un aeródromo rural, generó un gran temor entre los residentes, quienes temen por su seguridad y la de sus familias.

Alondra Martínez, madre de tres niñas, compartió su angustiante experiencia: “Fue un temor muy feo. La casa se movió completamente. Alcancé a correr con mis hijas mientras mi esposo se protegía con el niño bajo un árbol”.

La explosión, aunque no dejó lesionados, sembró el pánico en una comunidad que apenas supera los cien habitantes, creando un clima de incertidumbre y miedo ante posibles nuevos ataques.

Adrián Fernández, otro vecino de la localidad, subrayó la gravedad de la situación, describiendo el ataque como un acto de terrorismo.

“Estamos pidiendo a las autoridades que tomen cartas en el asunto, porque ya es mucho. Nos están matando lentamente”, expresó con preocupación.

Fabiola Quiñones también se unió a la demanda de seguridad, resaltando que los ranchos de la zona están siendo desatendidos y que la comunidad se siente desprotegida. “Queremos que se haga algo, pues la situación se está volviendo insostenible”, manifestó.

A pesar de que esta región ha sido tradicionalmente pacífica, la presencia de grupos criminales en los alrededores ha comenzado a alterar la vida cotidiana de sus habitantes. “Exigimos al gobierno federal que envíe apoyo y presencia en la zona. Necesitamos sentir que alguien nos respalda”, agregó Alfredo Ramírez, otro residente.

Hasta el momento, las autoridades no han emitido un pronunciamiento sobre el ataque, y no se ha observado un despliegue de fuerzas de seguridad que garantice la protección de la población.

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Foto cortesía

xmh