Empleados de Southwest Key Programs Inc violaron, toquetearon o solicitaron sexo e imágenes de desnudos a los menores bajo su cuidado desde al menos 2015, dijo el Departamento de Justicia de Estados Unidos que demandó al mayor proveedor privado de refugio y atención a niños inmigrantes que ingresan solos al país.

Southwest Key, con sede en Austin, Texas, es el mayor proveedor de alojamiento para niños migrantes no acompañados y opera bajo subvenciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Tiene 29 albergues para niños migrantes: 17 en Texas, 10 en Arizona y dos en California, con capacidad para 6 mil 350 menores. El más grande se encuentra en Brownsville y tiene capacidad para mil 200 personas.

La justicia estadounidense dice que desde 2015, y hasta por lo menos 2023, varios empleados de Southwest Key Programs Inc sometieron a niños bajo su cuidado a situaciones de acoso, que incluyen contacto sexual y tocamientos inapropiados, comentarios sexuales, solicitud de actos sexuales, y solicitud de fotografías de desnudos.

La empresa había desempeñado un papel discreto en la respuesta gubernamental a la llegada en años recientes de miles de niños migrantes que viajaban sin compañía de un adulto y en la separación de miles de familias durante el gobierno del presidente Donald Trump en 2017 y 2018.

Se le otorgaron al proveedor contratos con un valor superior a los 3 mil millones de dólares entre 2015 y 2023. Al 17 de junio había 6 mil 228 niños en todas sus instalaciones contratadas, de acuerdo con los datos más recientes en su sitio web, el cual no desglosa las cifras por centro de acogida o proveedor. 

Entre las acusaciones se incluyen que un empleado “abusó sexualmente en repetidas ocasiones” de tres niñas de 5, 8 y 11 años en el albergue Casa Franklin de El Paso, Texas. La niña de 8 años dijo a los investigadores que “entraba en sus dormitorios a mitad de la noche para tocar su ‘zona íntima’, y las amenazaba con matar a sus familiares si revelaban los abusos”.

Un empleado del albergue del proveedor en Tucson, Arizona, llevó a un niño de 11 años a un hotel y le pagó para que realizara actos sexuales durante varios días en 2020. Los niños eran amenazados con violencia contra ellos o sus familiares si denunciaban los abusos, según la demanda.

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Foto: Especial

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