Tehuacán, Pue.- Durante la celebración eucarística que se efectuó en las inmediaciones del Panteón Municipal en honor a los Fieles Difuntos, el sacerdote Álvaro Ballinas Martínez de la iglesia de la Sagrada Familia de la colonia 16 de Marzo, pidió por las personas desaparecidas en Tehuacán y para reconfortar a sus padres, que viven un inmenso dolor al no saber de su paradero. 

Indicó que es comprensible la tristeza que presentan al no encontrar el cuerpo, como dicen ellos con o sin vida, para irle a llorar, además de esa sensación o sentimiento de impotencia de muchos que hoy en día se vive en estos tiempos que se registran en la patria, en donde se registran situaciones de incertidumbre, dolor, porque quienes  hacen este tipo de cosas –desaparecer a las personas-, no tienen en cuenta ni a Dios, ni a las personas. 

“Hoy en este día también pedimos por nuestros hermanos que desaparecieron de la faz de la tierra y que no han sido encontrados, para que puedan encontrarse con ese Dios de la vida, que puedan sentirse perdonados y perdonadas por el Dios que les dio la existencia y que ellos en algún momento por ignorancia o azares de la vida, perdieron de vista, que él si los halle”, señaló el párroco. 

Asimismo, indicó  que cuando una persona pierde a un ser querido, no recuerda muchas circunstancias, sino el inmenso dolor que deja su partida, al ser un momento muy dramático y en donde se cree que la muerte triunfo sobre la vida y es cuando nos invade el sentimiento de sufrimiento y tristeza, sin embargo, se debe de recordar la muerte de Jesús y lo grandioso que era, además de que resucito. 

Agregó que creer en la resurrección no es una tradición o una costumbre y algo que la iglesia invento o otra persona, sino es el mismo proceso que llevo el señor Jesús de compartir la muerte, el dolor y sufrimiento en donde Dios tiene la última palabra. 

Finalmente, dijo que al celebrar estos días no solo es dejarnos llevar por las tradiciones o costumbres extranjeras y  mexicanas, sino se debe seguir conservando el honrar a nuestros muertos.