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El mexicano vive 75 años en promedio, pero saludable sólo 60
En México, la esperanza de vida promedio en 2022 fue poco más de 75 años; no obstante, el promedio de vida saludable es menor, ya que a partir de los 60 viven con cierto grado de dependencia, advirtió la directora general del Instituto Nacional de Geriatría (Inger) de la Secretaría de Salud, María del Carmen García Peña.
Explicó que en México existen poco más de 12.3 millones de personas mayores; y que la carga de enfermedades crónicas en esa etapa de la vida aumenta, por lo que es necesario integrar un sistema nacional de cuidados.
Durante el simposio “Envejecimiento y salud, innovaciones y retos en investigación, atención clínica y educación”, organizado por el Inger y la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM), María del Carmen García Peña, dijo que el Estado mexicano juega un importante papel para contar con un sistema de cuidados para personas adultas mayores y con infraestructura de salud que responda a las necesidades de salud.
Adelantó que el Inger en breve pondrá en operación un espacio para la prestación gratuita de servicios de salud para las personas adultas mayores sin seguridad social, con un modelo de geriatría especializado.
Precisó que el simposio responde al llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a participar en la Década del Envejecimiento Saludable, con acciones como la formación de recursos especializados para la atención a personas mayores y la generación de conocimiento a través de la investigación.
Explicó que el envejecimiento saludable es entendido como el proceso de desarrollar y mantener el máximo nivel posible de habilidad funcional que promueva el bienestar en la edad adulta mayor.
En este contexto, el simposio gira alrededor de tres ejes fundamentales: el primero es dar a conocer los últimos hallazgos de la investigación y nuevo conocimiento para mejorar la comprensión entre envejecimiento y enfermedad; medir mejor el desempeño del sistema de salud y contar con evidencia para elevar la atención a la salud.
El segundo eje es la formación de recursos humanos: capacitar a personal de salud en general para proporcionar intervenciones basadas en evidencias, con el fin de mejorar la salud de las personas mayores.
Por último, la atención integral a personas mayores, es decir, adaptar al sistema para responder a las necesidades de este segmento poblacional y proporcionar atención integrada que combine los enfoques sanitario y social.
Foto: archivo m
gse