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Si digo malnacido y miserable, ¿en quién piensan?

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Malnacidos y miserables son una serie personas que lo han demostrado ser, tras la tragedia con los migrantes en Ciudad Juárez

“No hay hombres pobres, sino pobres hombres.”

REFRÁN

“Amigo mío, el que es un miserable no deja de ser miserable en carroza, a caballo y a pie. Por eso no creo nunca a ningún miserable, ni en el arrepentimiento de ningún miserable.”

GOETHE

La tragedia de los 39 migrantes calcinados en Ciudad Juárez puede llamarse asesinato, crimen, matanza. Sacó a relucir de qué están hechas ciertas personas. Nada de respeto por los muertos; tampoco empatía hacia deudos o heridos. Solo cabe llamarles lo que son: malnacidos y miserables.

Estos términos no los uso como adjetivos calificativos; son sustantivos y definen lo que las siguientes personas han demostrado ser:

1. El padre Solalinde. Intercedió a favor de los migrantes frente a gobiernos pasados, pero ahora le lleva más de 24 horas en “reaccionar”. ¡Y de qué manera tan cínica! Diciendo que el Instituto Nacional de Migración “no reflejó el pensamiento humanista de López Obrador”. Quiere hacernos creer que la política del INAMI no es la de la Cuarta Transformación. Habría que recordarle que antes, mismo Tonatiuh Guillén, gente obradorista, renunció al Instituto precisamente por existir a partir de 2018 una política abiertamente represiva hacia los migrantes.

2. Adán Augusto López Hernández. Insensible, aprovechó las entrevistas que se le hicieron el día de la tragedia para decir que él será el próximo presidente de la República. Luego ayer, en lugar de ir a Ciudad Juárez (el INAMI depende de Gobernación), prefirió ir a Veracruz para promover sus aspiraciones presidenciales y evadir hablar sobre el castigo a los responsables. Sobre el titular del Instituto, Francisco Garduño, y su posible destitución, guardo silencio.

3. Senadores de Morena. Quienes dicen “no protegen a nadie, ni son tapadera”, pero votaron en contra de que comparezcan Marcelo Ebrard y Adán Augusto López como corresponsables de la tragedia. Los que se arroparon en el anonimato para gritar “¡Mambo!” cuando la senadora Kenia López Rabadán contaba el número de muertos. Los que pertenecen al mismo partido en el que milita el senador Alejandro Armenta, presidente del Senado, el cual quiso quitarle el uso de la palabra a Emilio Álvarez Icaza cuando este les dijo en su cara una gran verdad: desde el principio de este sexenio la 4T impulsó la recepción de migrantes y luego los dejó a su suerte; “¡se arrodillan con EU, recibimos 30 mil migrantes al mes y ni siquiera hay donde darles de comer, carajo!”.

4. El descaro de Epigmenio Ibarra. Decir que la oposición hace uso político de la muerte de migrantes en Ciudad Juárez, cuando él fue quien usó políticamente —usa aún— el caso de Ayotzinapa para favorecer a López Obrador. Confunde la exigencia de rendición de cuentas por parte del gobierno federal (empezando por la que nos debe su titular) con lo que él, junto con el obradorismo, hicieron como oposición tantísimos años.

5. Mario Delgado, presidente de Morena. Tardó más de 48 horas en publicar un tuit lamentando lo sucedido y, claro, en ningún momento deja traslucir —aceptar sería pedir demasiado— que la tragedia fue responsabilidad del gobierno. Una hora antes, él mismo gira instrucciones para que desde la cuenta oficial de Regeneración Nacional se pusiera una diatriba sobre Felipe Calderón y Genaro García Luna. ¿Morena pone su propio mensaje de pésame? ¡Por favor!

6. Nacho Rodríguez (‘El Chapucero’), quien se hace llamar periodista. En medio del dolor soltó un tuit “aclarativo”: “no murieron quemados, sino intoxicados. No sean amarillistas”. Intoxicados Y/O quemados, murieron por la negligencia del Estado; murieron porque los dejaron arder y nadie abrió la puerta del espacio en que estaban encerrados. Murieron porque protestaban por las condiciones de hacinamiento en que se encontraban. La “empatía” de este señor reboza…

7. Francisco Garduño Yáñez, director del INAMI. En lo personal no ha expresado sus condolencias. Digo, a menos que compartir fotos que lo retratan visitando a las víctimas hospitalizadas cuente como eso. Pero ¿pedir perdón?; ¿renunciar por un simple sentido de la decencia? Naaaahh.

8. Abraham Mendieta. Migrante. Quien habiendo sufrido al INAMI —porque en el 2017 lo detuvieron ocho horas— “explicó” todo lo que sufren los migrantes… ¡para atraer los reflectores y defender el supuesto humanismo cuatroteísta! ¿Expresar un honesto “lo siento”? No; olvidó por completo a las víctimas.

9. Gertz Manero. López Obrador ya dijo que el fiscal… autónomo se trasladará a Ciudad Juárez (está por verse) y que este se hará cargo de encontrar a los culpables. Conociendo su historial, podía preverse lo que ha sucedido: la FGR ya denunció a unos migrantes como culpables de los hechos. Falta que el fiscal mande inventar delitos y encarcele a pobres inocentes. A los verdaderos culpables nunca los tocará.

10. López Obrador, por supuesto. Razones sobran. Llamarles amarillistas a los periodistas que han cubierto la tragedia y que se han interesado por lo que sucede en torno a la política de migración en México. Hacerse la víctima mismo ante 39 cuerpos. ¿Le sigo? En resumidas cuentas: un presidente que no entiende del dolor humano salvo para beneficiarse de este.

Si les digo ‘malnacido’ y ‘miserable’, ¿en quién piensan? Yo de inmediato pensé en los que antes mencioné.

Columna de Verónica Malo en SDP Noticias

Foto Oscar Aguilar 

clh

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