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Vinos importados en la boda de Nieto y Humphrey. Nadie del gabinete asistió
Dice Wikipedia que Himeneo, dios de las bodas, debía asistir a todas las ceremonias matrimoniales. Si no lo hacía, entonces el matrimonio resultaría desastroso, y por esto los griegos corrían vivamente gritando su nombre.
Por lo visto, Himeneo no llegó a Antigua, Guatemala. Seguramente llevaba dinero en efectivo en su avión privado y no quiso arriesgarse a que se lo confiscaron, como ocurrió con los 35 mil dólares supuestamente destinados a pagar quién sabe qué enfermedad del licenciado Ealy Ortiz, a quien se le desea pronta recuperación.
Algunos columnistas han desmentido lo informado ayer en el diario Reforma: que en la boda de Santiago Nieto y Carla Humphrey los invitados y las invitadas bebieron champaña. Lo han hecho para intentar demostrar que no se trató de un evento excesivamente caro. Dijo, por ejemplo, Óscar Cedillo en Milenio: “En la fiesta, menú de comida tradicional guatemalteca, vino mexicano (nada de champange, como dicen algunos)”.
Pienso que no fue una boda cara, pero en el extranjero el vino mexicano de ninguna manera es barato. Me explico.
Aceptemos que el señor Cedillo tiene razón: en Antigua, Guatemala se bebió vino mexicano, es decir, importado. Con mayúsculas para que quede claro: VINO IMPORTADO. Porque en aquel país el vino producido en México no es nacional; se importa y seguramente paga altos impuestos. Es decir, se consumió vino caro.
Esa ha sido, entonces, una mala defensa de la austeridad de la boda. Como quiera que sea, creo que a Nieto y Humphrey les alcanza con sus salarios para pagar una boda en Antigua con vino importado o con champaña. No critico lo que hicieron, pues. Pero algo, mucho, salió mal y tal fiesta ya es un escándalo político.
El error mayor fue invitar al dueño de El Universal, quien viajó con dólares en efectivo que parecieron sospechosos a las autoridades guatemaltecas, tanto que los confiscaron. Terrible para el encargado de buscar dinero ilícito en México que a su boda asistiera alguien que, en el aeropuerto de Guatemala, fue retenido unas horas porque no lograba explicar satisfactoriamente el origen de más de 700 mil pesos en moneda estadounidense distribuidos en varios sobres. Santiago Nieto debe estar más que arrepentido de haber invitado a Juan Francisco Ealy Ortiz.
Se ha tratado de culpar a la extitular de Turismo de la CDMX, Paola Félix Díaz, de haber llevado los dólares en su bolsa. Esto es grilla porque es falso. Paola perdió su cargo no por el dinero ilegal que viajaba en el avión rentado por el licenciado Ealy, cuya existencia ella seguramente desconocía, sino por haber violado el código de ética de la 4T que prohíbe a funcionarios y funcionarias utilizar aeronaves privadas. Es la razón por la que rápidamente Claudia Sheinbaum le exigió la renuncia.
Por lo demás, nadie del gabinete del presidente López Obrador asistió a la boda de Santiago Nieto y Carla Humphrey. Creo que el titular de la UIF, tan listo en casi todos los temas, no leyó correctamente la negativa a acompañarlo en Guatemala de la totalidad de sus compañeros en el equipo de AMLO. Si hubiera entendido el mensaje, tal vez habría cambiado el domicilio del festejo a algún local social, más caro o más barato, en nuestro país.
Sus compañeros y compañeras de gabinete no estuvieron con él en un día muy importante seguramente porque lo consultaron con el presidente y este, en el mejor de los casos, les respondió con un gesto, típicamente de Andrés Manuel, de “a mí no me interesan con esas cosas”. Es decir, supieron que debían aplicar el dicho de que, quien con boda fifí se quema (la de César Yáñez en Puebla) hasta a himeneo en Antigua le sopla.