Leydi ‘N’, de 21 años de edad, pidió esta semana a su pareja sentimental que cuidara a su hijo de un año 6 meses –identificado con las siglas H.M.P.C- para que pudiera irse a trabajar a las 15:30 horas.

Hora y media después, regresó a su casa y su pareja le dijo que estaba angustiado porque el bebé no podía respirar. Al irlo a revisar, observó que ya estaba calmado y creyó que solo se trataba de un dolor de estómago.

Sin embargo, el bebé empeoraba y la mujer originaria de Cancún decidió llevarlo hasta el IMSS de la Región 94.

Entregó a su hijo en la sala de urgencias y minutos después le dieron la fatal noticia. No sólo que su bebé había muerto, sino que presentaba lesiones de consideración en todo el cuerpo, incluido el pene, la lengua y el recto. Presuntamente, su hijo había sido ultrajado y de manera tan brutal que provocó su muerte.

No obstante, ella manifestó que el bebé era muy inquiero y se caía constantemente.

Debido al nivel de agresión contra el menor que fue identificado por enfermeras y doctores calificados, solicitaron la intervención de la Fiscalía de Quintana Roo.

Ministeriales se presentaron en el nosocomio, donde el doctor Francisco ‘N’, explicó que el menor ingresó con frecuencia cardiaca negativa, sin actividad respiratoria y aunque realizó una reanimación cardiaca ya era demasiado tarde.

Al hacer la revisión del cuerpo del bebé de un año 6 meses, observaron dilatación en el ano y desgarramiento. Además de moretones en el abdomen, espalda; escoriaciones en el pene y mordeduras en la lengua, de acuerdo con las versiones de medios locales.

Cuando la madre fue interrogada, también manifestó que su hijo había tenido diarrea.

No obstante, ante la presunta agresión de la que fue víctima el menor por parte del padrastro, Servicios Periciales levantó el cuerpo del pequeño y la Fiscalía General del Estado abrió una carpeta de investigación para investigar los hechos.

Fotografía Especial