Tata Pachito

“Instruid al pueblo, las armas ilustradas jamás serán esclavas”. Esta frase, pronunciada por Francisco García Salinas, encierra una visión profunda sobre el poder transformador del conocimiento y la libertad.

En un contexto nacional e internacional, caracterizado por la exigencia de paz, la lucha contra la desigualdad, la defensa de la educación pública y la justicia social, pudiera ser oportuno volver la mirada hacia atrás, no como un gesto de nostalgia, sino como una vía de exploración rigurosa sobre lo que otras personas hicieron cuando México también enfrentaba retos estructurales complejos.

Tal interés me condujo a una de las figuras más trascendentales —y, paradójicamente, menos difundidas a nivel nacional— que ha dado el estado de Zacatecas: don Francisco García Salinas, “Tata Pachito”, como aún se le recuerda y a quien se le guarda un respeto particular en nuestra entidad.

El sobrenombre, compuesto por la palabra “Tata”, una forma reverencial de referirse a un padre o abuelo, y el diminutivo afectuoso de su nombre, “Pachito”, refleja una percepción social profunda: la de un líder cercano, paternal y comprometido con las causas de su pueblo.

Lo anterior da cuenta del reconocimiento popular a una figura que logró transformar su contexto a través de reformas de gran calado. Como gobernador de Zacatecas, García Salinas fue protagonista de una agenda reformista centrada en la educación, la economía y el federalismo.

Su gobierno se tradujo en acciones concretas, como la fundación de instituciones educativas, el impulso a la industria local y una defensa decidida de la soberanía estatal frente al centralismo creciente del régimen de Santa Anna.

La educación fue otro de sus ejes fundamentales, ya que comprendió que un país sin habitantes ilustrados se condena a sí mismo a la dependencia. Por ello, promovió la enseñanza laica, el acceso universal al conocimiento y la integración de las ciencias y las artes en los programas educativos.

Sin embargo, fuera del entorno local, su nombre permanece relativamente ausente en la narrativa histórica dominante. Aunque algunos círculos académicos lo reconocen como un actor clave en la consolidación del federalismo mexicano, su pensamiento y su legado fueron motivo suficiente para impulsarme a realizar una revisión profunda y sistemática.

Las preguntas que se formuló hace casi dos siglos continúan vigentes: ¿cómo construir una paz duradera? ¿Cómo garantizar educación pública de calidad? ¿Cómo equilibrar el poder entre el centro y las entidades federativas?

Con esa inquietud, comencé una investigación y consulta de archivos históricos, correspondencia personal, debates legislativos y prensa de la época. El objetivo fue reconstruir, con el mayor rigor posible (a partir del análisis crítico de sus decisiones, no desde la idealización), su pensamiento político y su trayectoria institucional, sus contextos y sus consecuencias.

A medida que avanzaba en la búsqueda, la figura de García Salinas se volvía cada vez más actual. Sus planteamientos sobre gobernanza local, justicia social y educación adquieren hoy especial pertinencia. Su vida es un recordatorio de que hubo momentos en nuestra historia en los que las respuestas se buscaron con profundidad, principios y una visión integral del desarrollo humano.

Este esfuerzo culminó en la publicación de una biografía política e intelectual titulada Francisco García Salinas. A través de sus páginas, las y los lectores comprenderán, en las siete partes que la conforman, tanto el entorno histórico en que se desenvolvió el personaje como la evolución de su pensamiento.

La obra comienza con el contexto nacional tras el colapso del orden novohispano, y de ahí se interna en su infancia rural, su formación influida por el constitucionalismo gaditano, su labor legislativa en los albores de la república y su papel como secretario de Hacienda.

La parte central se dedica a su gestión como gobernador, en la cual se destacaron su impulso a la educación, su visión económica y su confrontación con el poder central. Finalmente, se abordan sus últimos años de vida y la manera en que su legado político y moral ha sido recordado —y en ocasiones olvidado— por la historia oficial.

El libro está disponible de manera libre y gratuita en el siguiente enlace:
https://ricardomonrealavila.com/wp-content/uploads/2025/06/francisco-garcia-salinas.pdf

Esta publicación reivindica a una figura esencial de la historia mexicana, pero también ofrece herramientas para repensar algunos de los debates contemporáneos: el papel de los gobiernos locales, la defensa de la autonomía estatal, el valor estratégico de la educación pública y la posibilidad de construir gobernanza desde la integridad y la cercanía con el pueblo.

Recordar a Francisco García Salinas implica la apertura de un horizonte de posibilidades para el presente y el futuro. Tal vez, si volvemos a escuchar al hombre que el pueblo nombró “Tata Pachito”, podamos encontrar respuestas y una guía frente a los desafíos que hoy, una vez más, nos convocan a todas y a todos.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X y Facebook: @RicardoMonrealA

 

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Ricardo Monreal

El doctor en Derecho, Ricardo Monreal Ávila, nació el 19 de septiembre de 1960 en Plateros, Zacatecas, en el seno de una familia de catorce hijos.

Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Zacatecas y luego cursó estudios de maestría y doctorado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad Nacional Autónoma de México.

En 1975 comienza su trayectoria política militando en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), allí ocupó varios cargos: fue coordinador nacional de la Defensa Jurídica del Voto en la Secretaría de elecciones de la dirigencia nacional; presidió el Comité Directivo Estatal de Zacatecas y, posteriormente, fue secretario de Acción Política de la Confederación Nacional Campesina. En éste periodo de militancia participó en el Congreso de la Unión, fue diputado federal dos veces (1988-1991 y 1997-1998) y llegó al puesto de senador (1991-1997).

En 1998, Monreal Ávila abandona al PRI para unirse a las filas del PRD y contender, ese mismo año, a la gobernación del estado de Zacatecas.

Fue diputado federal en tres periodos: de 1988 a 1991 y de 1997 a 1998 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y entre 2012 y 2015 por Movimiento Ciudadano y por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Cumplió labores como senador en dos periodos, de 1991 a 1997 y de 2006 a 2012 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el  Partido del Trabajo (PT).

Ahora por tercera ocasión es Senador de la República y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena.