Mientras la inseguridad se desborda, el alcalde de Chignahuapan prepara una feria de 20 mdp
Aunque Lorenzo Rivera Nava ha ponderado como su principal logro el reducir 70 por ciento la incidencia delictiva en Chignahuapan, municipio que gobierna desde hace un año, lo cierto es que no ha sido un tema prioritario para el edil que, en las últimas semanas, dedicó más tiempo en organizar una ostentosa feria, que tendría un costo superior a los 20 millones de pesos, que en atender la creciente presencia de bandas huachicoleras en la región y sobre todo, remediar una larga lista de vicios en la Secretaría de Seguridad Pública local.
Los hechos violentos del fin de semana, en que perdieron la vida dos agentes de la policía municipal en la comunidad de Peredones, no fueron acontecimientos fortuitos, sino es resultado de que Rivera Nava ha tolerado la corrupción en el área de seguridad pública y la creciente presencia de grupos violentos en la región.
Para cualquier otro presidente municipal esos problemas le quitarían el sueño y serían la atención central de su gobierno. Eso no ocurre con Rivera Nava que ha sido un alcalde que prioriza los eventos sociales, los viajes al extranjero y, sobre todo, mantener vivo el poder político de su familia que ejerce un férreo cacicazgo, que se traduce en que su padre –Lorenzo Rivera Sosa–, su tío –Saúl Rivera Sosa— y su primo –Enrique Rivera— ya fueron ediles de la demarcación.
Con el propósito de mantener fuerte la popularidad de la familia Rivera, el actual ayuntamiento se ha empeñado en hacer la feria anual más ostentosa de los últimos años, que rebasa todo evento realizado por anteriores ayuntamientos.
En lo que va a ser la 26 Feria Nacional del Árbol y de la Esfera –que inicia el próximo 25 de noviembre y concluye el 4 de diciembre— se ha contratado un cártel de artistas que implica el desembolso que es probable que rebase el millón de dólares.
Tradicionalmente en los municipios de la Sierra Norte se presenta en las ferias a cantantes no tan famosos y una figura central de mucha popularidad. Ahora no será así.
Durante la feria organizada por Lorenzo Rivera estará el grupo Bronco de Lupe Esparza, que cobra alrededor de 25 mil dólares por noche, es decir medio millón de pesos.
Edwin Luna y La Trakalosa que por dar un concierto de poco más de dos horas cobran alrededor de un millón 300 mil pesos.
Una banda más es La Adictiva, originaria de Sinaloa y con 28 años de trayectoria, que de acuerdo a su sitio web el precio de un concierto es de por lo menos 2 millones de pesos.
Estará la cantante Ana Bárbara, de quien se mantiene con mucho secreto el monto de sus contratos. Solamente se sabe que es una de las artistas más taquilleras de los palenques en todo el país y de las artistas que más cobra, en cifras de varios millones de pesos.
Otra artista es la polémica Belinda, quien es famosa por sus rupturas amorosas, su simpatía por la 4T y su belleza, que le permite poner como precio por una presentación de algo así como 500 mil dólares, es decir unos 10 millones de pesos. Ella va a cantar el 2 de diciembre.
Para Lorenzo Rivera Nava es importante armar la mejor feria de la Sierra Norte de Puebla, porque desde ahora ya piensa en como lograr la reelección.
Bueno ese es el propósito de su padre, Lorenzo Rivera Nava, quien aunque oficialmente tiene el cargo de delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en el estado de Morelos, es quien “mueve mucho de los hilos” del ayuntamiento de Chignahuapan que preside su hijo.
Y para los miembros de la familia Rivera es más importante una feria, que atender la siguiente cadena de problemas de seguridad pública:
A raíz de que en septiembre de 2021 fue detenido el alcalde de Quecholac, Alejandro Martínez Fuentes, hermano de Antonio Valente Martínez Fuentes, mejor conocido como “El Toñín”, a quien las autoridades identifican como uno de los principales líderes del robo de combustible en Puebla, muchas organizaciones huachicoleras trasladaron su actividad del llamado “triángulo rojo” a la región de la Sierra Norte, con la complacencia de algunos ediles de la zona.
En Chignahuapan en lugar de que se hubiera buscado al mejor secretario de seguridad pública posible, el edil Rivera Nava nombró a José Manuel Flores Ordoñes en ese cargo, sin importar que es su cuñado.
El fin de semana, en un enfrentamiento entre huachicoleros y policías de Chignahuapan, murieron los uniformados Juan Pérez Fernández y Claudia Herrera Sosa, en mucho por la superioridad de armas que tenían los presuntos delincuentes.
Lo que llama la atención poderosamente, es que Juan Pérez Fernández, quien era el encargado de las operaciones especiales de la policía de Chignahuapan, no contaba con un historial limpio, al tener en su contra una vigente orden de aprehensión por ser el presunto homicida de un hombre llamado Ángel González Pacheco, de 33 años de edad y que se dedicaba a ser albañil. Es un proceso legal que data de 2018.
Juan Pérez Fernández se destacaba por su actuar violento en la policía. Había varios incidentes por su exceso de rudeza.
Es un secreto a voces que se conocía los antecedentes de este uniformado y se le toleraba.
Y que no es el único policía con ese tipo de problemas.
Eso ocurre cuando la cabeza de un gobierno municipal le pone más interés a las actividades sociales y los viajes, en lugar de buscar corregir los problemas de su ayuntamiento y su territorio.
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