Como una bola de nieve se desborda el malestar contra Norma Layón
La masiva protesta de tianguistas –ocurrida este miércoles– en contra de la edil de San Martín Texmelucan, Norma Layón Aarún, no es un hecho aislado, sino es un reflejo de un malestar generalizado que ya existe en su contra, que lo mismo abarca a sectores populares como a los empresarios, comerciantes y colegios de profesionistas. Esa es la causa que explica las constantes ausencias de la alcaldesa y el uso de una camioneta blindada de un valor de 3.8 millones de pesos, que son los recursos empleados para no enfrentar el enojo que hay de la población hacia ella.
Una ventaja que tiene a su favor es que la oposición política a Morena en el municipio de San Martín Texmelucan se encuentra en crisis, al estar desarticulada y con una notable ausencia de liderazgos.
En el PAN, los dos líderes locales Rubén Garrido y Víctor León Castañeda, han preferido “agachar la cabeza” y pasar desapercibidos, ante el temor de que les pudieran activar procesos legales por haber participado de los excesos de poder que hubo en el morenovallismo.
Esa crisis del blanquiazul se agudizó en el último proceso electoral –en 2021— por la obsesión de la entonces presidenta estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, de postular como candidato a edil a Edgar Salomón, un político sin identidad panista y que arrastra un largo historial de escándalos personales.
Mientras que el antipriismo en San Martín Texmelucan se encuentra en uno de los niveles más altos en el estado, que oscila entre cinco y seis de cada 10 electores que –dicen–nunca votaría por el tricolor.
Esa condición se debe, en mucho, al último edil priista Carlos Sánchez Romero, quien llegó a ese cargo por el padrinazgo en esa época de Jorge Estefan Chidiac, el actual coordinador parlamentario del PRI en el Congreso local. Su gobierno que duró de los años 2011 a 2014, acabó con observaciones por más de mil millones de pesos entre impuestos que el ayuntamiento no reportó, incumplimientos de proyectos de obra, endeudamiento con la banca comercial y litigios que perdió la comuna.
Y por si fuera poco, en el último proceso electoral el candidato del PRI a diputado federal, Carlos Morales, ex edil de Huejotzingo, a la mitad de la campaña desapareció de la contienda y empezó a andar a “salto de mata” por los procesos que le abrieron en su contra por el presunto uso de facturas apócrifas durante el periodo en que fue alcalde.
No obstante que no hay oposición política en San Martín Texmelucan, el descrédito de Norma Layón se ha convertido en una enorme bola de nieve que cada vez crece más, sin que ella se percate o está con la creencia de que los problemas nunca la van a alcanzar.
Sus primeros tres años de gobierno, entre los años 2018 y 2021, fueron desastrosos. Enfrentó el escándalo de que intentó privatizar el agua potable, se mostró omisa ante la escalada de violencia en el municipio provocada por el crimen organizado y sus proyectos de obra pública pasaron sin pena ni gloria.
Muchos supusieron que habría una “curva de aprendizaje” entre el primero y el segundo mandato, luego de que logró reelegirse por la presencia de una blandengue oposición política a Morena.
Eso no ha ocurrido. En este primer año, del segundo periodo gubernamental, ha enfrentado problemas más graves que en el anterior trienio.
En su primer periodo de gobierno, en varias ocasiones se retiró de algunas comunidades por el rechazo de la población. Sin embargo, nunca fue tan grave como cuando pobladores de San Baltazar Temaxcalac, en septiembre pasado, la expulsaron bajo una lluvia de piedras y que la edil pudo salvar su integridad física por el uso de una camioneta blindada.
A lo largo de sus tres primeros años de gobierno, enfrentó fuertes críticas porque nunca pudo emprender los proyectos de obra pública más importantes que ofreció y por la mala calidad de la reparación de calles.
Ahora, carga en su conciencia la muerte de dos personas a causa del desplome de un tanque de agua en San Baltazar Temaxcalac, un percance que es consecuencia de una larga serie de abusos cometidos por su gobierno.
Durante la primera oportunidad como edil, todavía encontraba muestras de afecto cuando caminaba por las calles céntricas de San Martín Texmelucan. En la actualidad le han tocado varias rechiflas intensas, como en las fiestas patrias de hace un mes, que obligo al despliegue de policías en las azoteas –el día del desfile de la Independencia—ante el temor de que la población la pudiera agredir.
A lo largo de su primer trienio, enfrentó varias marchas y protestas públicas. Como cuando vecinos de juntas auxiliares la encerraron en un restaurante por un par de horas. Pero nunca se había visto lo de ayer, que unos 10 mil tianguistas borraran sus diferencias de años y se unieran para protestar contra el gobierno de Norma Layón.
Lo más grave es que en Morena nadie quiere observar el grave daño que Norma Layón está provocando a la 4T.
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