Aunque aparenta que no lo hace, el presidente del TSJ ya está en campaña para buscar ser candidato

Aunque ha sido cuidadoso de no meterse a la dinámica de los “autodestapes”, es decir en anunciar su intención de ser candidato a un puesto de elección popular, Héctor Sánchez Sánchez, el presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ya está en campaña, mediante un modelo de proselitismo en el cual su promoción política se disfraza de inauguración de obras o la revisión del funcionamiento del Poder Judicial.

Desde hace varias semanas, el presidente magistrado del TSJ recorre las diferentes regiones del estado en donde siempre tiene la misma dinámica: al municipio donde llega primero desayuna con autoridades locales y después tiene una jornada para escuchar a la gente, en una actividad muy parecida al “martes ciudadano” del gobierno estatal. Más tarde ya se dirige a la casa de justicia de la región en donde inaugura alguna obra o realiza una revisión de como funcionan los juzgados.

Obviamente lo que se busca es que la presencia de Sánchez Sánchez no pase desapercibida en la prensa local de cada lugar.

La última vez que tuvo una jornada con esas características fue en Teziutlán. Muy temprano desayunó con el alcalde Carlos Peredo Grau y otras figuras públicas del municipio. Posteriormente tuvo un encuentro de dialogo con la sociedad civil. Por cierto, en la prensa local lo cuestionaron porque en esa reunión todo mundo habló, menos una mujer que quería exponer la negligencia del Poder Judicial en un asunto de violencia intrafamiliar y nunca la dejaron acercarse al magistrado.
 

La intención es clara: los encuestas que se han levantado para medir el grado de presencia en la opinión pública de los políticos que buscan ser candidatos a la gubernatura en 2024 no registran al presidente del TSJ fuera de la ciudad de Puebla y la zona metropolitana. Es decir, es personaje desconocido por la población que no habita en la capital y el área conurbada.

A eso se debe que Héctor Sánchez, quien fuera el síndico del ayuntamiento de la capital durante el gobierno neopanista de José Antonio Gali Fayad, se encuentra exhibiéndose en diferentes regiones del estado, como una manera de que empiece a ser identificado por el electorado. Una empresa muy complicada porque el presidente del TSJ es poco afable y no tiene un desempeño profesional que le permita ganar simpatías.

Entre quienes son cercanos a Héctor Sánchez indican que la aspiración del magistrado es hacer público, en algunos días o semanas, su intención de ser candidato a la gubernatura, pero no con la intención de alcanzar la nominación a la titularidad del Poder Ejecutivo, sino buscar colarse como aspirante a la alcaldía de la capital a una senaduría.

Muchos esperaban que el viernes pasado, en el marco de la celebración del Día del Abogado, hiciera público su “destape”, luego de que días antes cuatro morenistas –Melitón Lozano, Sergio Céspedes, Gabriel Biestro y Olivia Salomón— manifestaron públicamente sus aspiraciones de ser el abanderado para la sucesión de 2024. Todos ellos son de la expresión política del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.

Se creía que Sánchez Sánchez aprovecharía esa coyuntura para que fuera tomado en cuenta como parte del grupo del gobernador.

Al final no se supo si tuvo o no intenciones de anunciar su proyecto de ser candidato. No se atrevió a decir que si quiere ser aspirante a un cargo de elección popular, pero tampoco rechazó la posibilidad, el definir que “vamos a estar moviéndonos por el interior del estado” para llevar la justicia a los que no la tienen, un frase más con tintes de promoción electoral, que de preocuparse por el funcionamiento del Poder Judicial.

¿Y por cuál partido?

Si Héctor Sánchez realmente quiere incursionar en la competencia por un cargo de elección popular, es pertinente preguntarse: ¿por qué partido político?, pues es un personaje sin ninguna identidad política.

En sus inicios fue priista. Posteriormente se convirtió en un activo del PAN, cuando fue síndico del ayuntamiento de Puebla y posteriormente llegó a la presidencia del TSJ, al final del mandato de gobernador de José Antonio Gali Fayad y en los únicos 10 días de gestión de Martha Erika Alonso, al frente de la titularidad del Poder Ejecutivo.

Ahora mucho dan por sentado que estaría buscando ser aspirante de la 4T, toda vez que ha sobrevivido 4 años al frente del Poder Judicial bajo el periodo de dominio político de Morena.

Sin embargo, el problema de fondo es que Héctor Sánchez no tiene un discurso o un trabajo político que le permita alinearse con las organizaciones que se van a disputar el poder en 2024: el PAN o Morena.

O visto de otra manera, no es leal a ninguna de las expresiones políticas con las que ha trabajado.

Un problema de fondo, pues una candidatura no se construye con realizar solamente unas giras por el estado, tal como lo quiere hacer el magistrado Héctor Sánchez Sánchez.