A dos semanas de los comicios, hay muchas posibilidades de que se vuelva a caer la elección de Morena
A dos semanas de los comicios para definir una nueva dirigencia estatal de Morena –luego de 4 años de que este partido ha sufrido un vacío de autoridad–, existen las condiciones para que por enésima vez la elección de esta fuerza política se colapse o sea producto de múltiples impugnaciones. Algunos de los grupos que buscan ganar el proceso interno, están desde ahora preparando un intenso acarreo de votantes, que es un viejo vicio morenista.
Hasta hace poco, todo hacía suponer que había cuatro corrientes que iba a luchar por la dirigencia estatal del partido, como una condición para controlar las candidaturas de la 4T en el proceso de sucesión gubernamental y legislativa de 2024.
Esas cuatro corrientes identificadas, eran: la del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta; la de la ex edil de la capital, Claudia Rivera Vivanco; la del coordinador de los diputados federales de Morena, Ignacio Mier Velazco; y la del senador Alejandro Armenta Mier.
Al parecer, el legislador como parte de una supuesta “operación cicatriz” estaría buscando cerrar filas con la expresión del gobernador Luis Miguel Barbosa y apoyar al aspirante que sea más cercano al mandatario. No se sabe si el titular del Poder Ejecutivo estaría dispuesto a ceder a ese esquema de participación.
Claudia Rivera Vivanco aunque se le ve muy activa desde el punto de vista mediático, tiene pobres posibilidades de ganar el proceso interno de Morena. Su fuerza radica en la ciudad de Puebla y tiene escaza estructura en el interior del estado. Además, muchos de sus anteriores seguidores se han brincado a otras expresiones políticas.
Tal parece que la lucha por la dirigencia se va a reducir a las estructuras que se han construido en torno a los liderazgos del gobernador Luis Miguel Barbosa y de Ignacio Mier Velazco, el coordinador parlamentario de Morena en San Lázaro.
Por la corriente de Luis Miguel Barbosa Huerta es probable que compitan el ex legislador perredista Agustín Guerrero Castillo o Eduardo Elías Gandur Islas, quien es funcionario estatal y fue suplente de Gabriel Biestro Medinilla, cuando este último fue presidente del Congreso local.
En el bando de Ignacio Mier, la principal característica es que están participando grupos de Morena y del PRI, aprovechando la debilidad de la convocatoria del Partido de Regeneración Nacional que no impide la intervención de militantes de otras fuerzas políticas.
Se dice que el grupo de Mier estaría promoviendo una alianza con Claudia Rivera Vivanco. O que podría impulsar a César Addi Sánchez Salinas, quien ha manejado la estructura territorial de Morena en el estado. O al legislador local, Iván Herrera.
Más allá de los candidatos del proceso interno de Morena, que esta semana quedarán definidos, el problema de fondo es la debilidad institucional del partido.
En octubre de 2019, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló la elección de los conejos estatales de Morena, entre ellos el de Puebla, por detectar inconsistencia en el padrón de militantes del partido, el que fue calificado en aquella ocasión como poco o nada confiable.
Cuatro años después, Morena no tuvo la capacidad de enmendar esa grave deficiencia. Un problema que nunca atendió el presidente nacional de este instituto político, Mario Delgado, quien se ha visto como un dirigente muy corto de miras.
Ahora el mismo problema se vuelve a reproducir: no hay un padrón de morenistas confiable.
Y lo que es peor, hasta finales de este mes se puede afiliar a nuevos miembros de Morena, previo a las votaciones del sábado 30 de julio.
Incluso, se puede registrar a personas que en años, meses o semanas anteriores hayan pertenecido a otros partidos. Solamente firman un formato de afiliación en el que aceptan ser parte de Morena y supuestamente renuncia a la fuerza política que pertenecían.
Por esa razón algunos grupos de Morena, lo más grandes o los de menor peso político, le están apostando al acarreo –de nuevos o viejos militantes– como una manera de ganar simpatizantes en un proceso electoral con mucha debilidad institucional.
Aunque se han dispuesto 40 centros de votación, se corre el riesgo de que muchos militantes auténticos de Morena se queden sin sufragar, por el acarreo de participantes que podrían agotar las boletas antes de tiempo.
Todo hace suponer, que el proceso de Morena va por un camino largo, sinuoso y con muchas trampas.
Anteriores
![](http://admin.municipiospuebla.mx/sites/default/files/styles/thumbnail-autores/public/fermin_alejandro_garcia.jpg?itok=TW6s_Cwh)