El paro estudiantil y la actuación mostrada por algunos de los directivos universitarios en ese periodo de crisis ha comenzado a tener consecuencias en la BUAP. La rectora Lilia Cedillo Ramírez ejecutará este día los primeros de una serie de cambios que ha decidido hacer como resultado del análisis de los acontecimientos ocurridos durante la protesta. Y también de cara al proceso electoral que se avecina y en el que participará con todo el interés de concretar su reelección.
Que Cedillo se forjara en el área académica, donde destacó y escaló hasta convertirse en investigadora de primer nivel, no significa que como responsable de la máxima casa de estudios no haya aprendido a desplegar las necesarias artes de la política para acomodar –y reacomodar– el tablero de colaboradores a su interés.
Incluso por encima de los afectos personales figuran como prioridades la estabilidad interna de la institución y la certeza de continuidad para ella misma, la rectora, al mando de la universidad.
Por eso no debe sorprender que, una vez transcurrido un tiempo prudente tras la finalización de las protestas estudiantiles y el reinicio de las actividades habituales, Lilia Cedillo comience ahora a deshacerse de quienes no le ayudaron en el conflicto y a colocar en posiciones de relevancia a quienes sí lo hicieron.
Se trata, se asegura en la Torre de Rectoría de CU, de llevar a cabo un paquete de enroques que tiene como principal motivación premiar la lealtad y castigar la deslealtad.
A fin de cuentas, se agrega, encarar el proceso de reelección –que se realizará en septiembre– demanda ir a la competencia con un equipo de trabajo sólido y confiable.
Los primeros tres cambios se darán en la Dirección de Administración Escolar (DAE), en el Complejo Cultural Universitario (CCU) y en una vicerrectoría.
Ricardo Valderrama Valdez dejará la DAE. En su lugar quedará Juan Manuel Rosas Tapia, quien hasta la semana pasada era director de Atención a Estudiantes, Académicos y Administrativos de la Coordinación General de Atención a los Universitarios, una influyente oficina a cargo de Jorge Avelino Solís. Valderrama, sin embargo, no pasará a engrosar las filas del desempleo. Tendrá una nueva responsabilidad como titular de la Universidad para Adultos.
Betzabé Díaz Sánchez es otra funcionaria universitaria que saldrá de un cargo de primera línea, el de directora del CCU. El nuevo responsable de este icónico inmueble ubicado en la zona de Angelópolis será Flavio Marcelino Guzmán Sánchez, quien se desempeñaba como director de Difusión Cultural. Betzabé Díaz será titular de la Casa del Jubilado Universitario.
Un tercer ajuste tendrá como protagonista a José Carlos Bernal Suárez, quien hasta antes de hoy fungía como vicerrector de Extensión y Difusión de la Cultura. Al relevo acudirá Luis Antonio Lucio Venegas, que ocupaba la Dirección General de Publicaciones. Bernal tampoco saldrá de la institución. Continuará como director de Difusión Cultural.
Rosas Tapia, Guzmán Sánchez y Lucio Venegas serán los primeros premiados.
Allá en Rectoría se afirma que esto será sólo el comienzo y que otros movimientos más están por venir.
Así que comience usted a armar sus quinielas.
Cedillo Ramírez ha sido amable y conciliadora en los tres años y medio que lleva como ocupante de la oficina de mayor importancia en la universidad. Pero también puede ser severa y determinante cuando las circunstancias, el contexto y los proyectos futuros (como el de la reelección) se lo exigen. Hoy se sabe.
@jorgerdzc