Alejo Nabor Jiménez fue velado y enterrado en la ciudad de Puebla luego de que le quitaron la vida en Poza Rica, Veracruz. Sus familiares responsabilizan al crimen organizado.
El sacerdote Luis Antonio García habría pedido a la gente organizarse para comenzar la reconstrucción tras las lluvias, lo anterior mientras el alcalde estaba ausente.