El edil de Texmelucan tiene un gobierno “de amigos” que provoca corrupción y descontrol total
Juan Manuel Alonso Ramírez ganó –bajo las siglas de Morena y el PVEM– de manera holgada la elección de 2024 e inició su ejercicio como edil de San Martín Texmelucan con una buena imagen. Sin embargo, en las últimas semanas él mismo ha empezado a abonar una serie de escándalos que están comenzando a derrumbar aceleradamente su popularidad, cuando apenas lleva un cuatrimestre en el cargo. Esa situación en mucho se debe a un par de abusos personales en que ha sido pillado y sobre todo, a que integró un débil gabinete, en el que destacan amigos y socios comerciales, en lugar de haber buscado a políticos experimentados.
Una simple consulta a las redes sociales exhibe esa crisis en que está empezando a cosechar el edil texmeluquense. En lugar de que se hable de sus proyectos de gobierno, abundan mensajes que narran sus supuestos escándalos de nepotismo –al incluir a cinco parientes en la nómina– y de abusos de una familiar, que es su suegra, quien habría obtenido un contrato de un millón de pesos para vender comida del gobierno local y de supuestamente utilizar a policías municipales como repartidores.
Lo que sorprende es la falta de capacidad del edil para contrarrestar esas acusaciones. Toma una actitud de creer que esas historias no dañan la imagen de su gobierno.
También ha aflorado el desorden comercial y esa situación, la están utilizando personal del ayuntamiento para desplegar una desbordada red de extorsiones contra tanguistas, que ha llegado al extremo de que ahora se cobra “piso” hasta los llamados “diableros”, es decir la gente que carga las mercancías.
La delincuencia también ha crecido. Se ha logrado aminorar algunos ilícitos como son las ventas fraudulentas de autos y la comercialización de mercancías robadas. Pero ahora se ha incrementado los delitos contra transeúntes que son victimas de robos y asaltos, a plena luz del día. Todo ello derivó en que recientemente surgió una autodefensa en la comunidad de San Buenaventura Tecaltzingo.
Alonso durante mucho tiempo fue dirigente del PVEM y nunca creció en esa fuerza política. En 2024, siendo ajeno a la 4T, logró ser candidato de Morena y se contagió de la elevada popularidad de Morena, misma que ahora está dilapidando a un ritmo acelerado. Lo más grave para el alcalde es que no se da cuenta de esa realidad y con arrogancia, niega los problemas y los deja sin resolver.
Regidor ningunea al secretario de Gobernación
Juan Manuel Alonso llegó a cargo de edil del tercer municipio más importante del estado sin ninguna experiencia en el ejercicio del poder público. En lugar de buscar a políticos experimentados, muchos de sus funcionarios más importantes son amigos o socios de negocios, que al igual que el edil no saben dónde están parados.
El mejor ejemplo es Juan Carlos Salas Suárez, el secretario de Gobernación y quien, luego del presidente municipal, es el funcionario que tiene más autoridad en el ayuntamiento. La designación de este personaje obedece a una doble razón de peso: es amigo personal del edil y también es su socio. Nunca antes había puesto un pie en el gobierno.
Esa condición derivó en que muchos de los conflictos en la reciente elección de juntas auxiliares no se provocaron por la efervescencia política, sino por los yerros de la Secretaría de Gobernación. Por ejemplo: en San Lucas Atoyatenco en las boletas colocaron mal los logotipos a los 11 candidatos, lo cual provocó que se repitieran los comicios.
Y esa falta de operatividad se observa por igual en la elección de juntas auxiliares, en la regulación del transporte público y en el desorden que hay en las calles del Centro Histórico, por una fuerte presencia de vendedores ambulantes que dificultan el tránsito vehicular.
Frente a la incapacidad de Juan Carlos Salas, ha crecido la figura de Ramón Pérez Cruz, quien es regidor de Gobernación y fue postulado por el Partido del Trabajo. Este hombre que fue operador del ex alcalde panista Rubén Garrido y es visto como un rival por el gobierno de Juan Manuel Alonso, se ha convertido en el bálsamo de muchos ciudadanos texmeluquenses.
Ramón Pérez tiene una larga experiencia como político y servidor público. Esa condición la aprovechó para que él fuera quien resolvió los problemas de organización en la elección de juntas auxiliares y ninguneara al secretario de Gobernación.
Y ahora también lo buscan los transportistas, los comerciantes y todos los ciudadanos que tiene problemas con el ayuntamiento. Lo ven con más autoridad y sentido común, frente a Juan Carlos Salas.
A todos extorsionan en el tianguis
San Martín Texmelucan tiene uno de los tianguis más grandes de América Latina. Se estima que ahí confluyen unos 13 mil vendedores a la semana.
El nuevo gobierno, lo primero que hizo fue cambiar los horarios de funcionamiento del tianguis. También modificó la hora autorizada para que lleguen autobuses con clientes que vienen de diferentes partes de la República Mexicana. Y ha ordenado operativos de revisión contra algunas organizaciones de comerciantes. Todos esos hechos han trastornado la actividad de las agrupaciones de vendedores.
Al principio se creyó que era un reflejo de la falta de capacidad de los nuevos funcionarios para entender el funcionamiento del tianguis. Eso no fue así.
Lo que en realidad está pasando es que se alteró todo para que broten las extorsiones.
Ahora, los comerciantes que quieran ingresar al tianguis antes de la hora oficial, les cobran una “mordida”.
Los autobuses que no respetan la hora de llegada, les piden “para el refresco”.
A los “diableros”, que son los cargadores, le dejan estar en cualquier hora, siempre y cuando paguen 30 pesos diarios, de acuerdo con la narración que hacen los líderes de por lo menos tres organizaciones de tianguistas.
Mientras que el alcalde de la pasa diciendo que va a “correr” al que agarre extorsionando, cada semana en el tianguis de San Martín Texmelucan hay inspectores que en un solo día ganan lo equivalente a un año de trabajo.
clh

