En la era de la construcción del segundo piso de la cuarta transformación, Puebla será anfitrión de la cuarta edición del Festival de las Ideas el 29, 30 y 31 de mayo que el año pasado se convirtió en un espacio para fustigar al ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
El evento financiado por Grupo Salinas data de los tiempos de Mario Marín Torres, continuó con mayor fuerza con Rafael Moreno Valle y siguió los gobiernos subsecuentes, el de Miguel Barbosa, Sergio Salomón Céspedes Peregrina y ahora con Alejandro Armenta.
En el pasado llevó como nombre “Festival de las Ideas” hasta que el curador Andrés Roemmer fue descubierto como un depredador sexual que por estos días cumplirá un año en prisión domiciliaria en Israel, en espera de ser extraditado a México.
La celebración de la continuación del llamado “festival de las ideas” en la coyuntura política en México y Estados Unidos no deja de ser inquietante porque abre interrogantes que merecen tener una respuesta, al menos con el grupo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
El arribo del ultraconservador Donald Trump a la Casa Blanca para un segundo mandato ya ha puesto sobre la mesa en México los desafíos que deberá enfrentar en lo inmediato para mantener una incómoda agenda bilateral con Estados Unidos para los próximos cuatro años.
Lo que nadie ha discutido en los foros públicos, al menos hasta el momento, es sobre los riesgos para el grupo en el poder desde el espacio doméstico; es decir, dentro de las fronteras mexicanas en donde claramente existen sectores conservadores que festinan la llegada de un personaje tan pernicioso como desafiante en el gobierno del vecino país dispuesto a cambiar de fondo la narrativa desde el poder.
Grupo Salinas, el emporio empresarial de Ricardo Salinas Pliego es el mas visible de todos. No sólo ha aplaudido la decisión de Trump de terminar de un plumazo con los derechos de las minorías sexuales al identificar sólo dos géneros (hombre-mujer) en materia de política pública.
Encaminado cómo está a debilitar la presencia de la izquierda en América Latina, el nuevo inquilino de la ala oeste de la Casa Blanca tiene en la mira al gobierno de México con una mujer como mandataria por razones ideológicas, pero también desde una posición misógina y patriarcal.
“Grupo Salinas participa como patrocinador principal del evento de hispanos más importante para recibir el gobierno de Donald Trump”, dice un comunicado en el que confirma su apuesta por una “alianza entre ambos países con perspectivas importantes de crecimiento y presencia”.
La apuesta de Ricardo Salinas Pliego parece encaminarse a dos propósitos: evitar pagar la deuda fiscal con el gobierno de México por mas de 60 mil millones de pesos que deberá resolver la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la otra, ciertamente convertirse en el candidato a la Presidencia de México de los conservadores en cinco años.
Los paralelismos entre el presidente de Estados Unidos y el magnate Salinas Pliego no deja de sorprender. Son como gotas de agua: enfrentan procesos penales y fiscales, poseen medios de comunicación desde donde alimentan una narrativa de ficción según la cual, están por la defensa de la libertad y contra el comunismo, que encarna todos los males de la humanidad, apuestan por la ignorancia y cosechan la mala fe y la venganza.
@FerMaldonadoMX