Se cumplieron seis años de la tragedia que marcó una prolongada etapa de polarización política que dividió a la sociedad poblana. Fue la muerte de Martha Erika Alonso, gobernadora de Puebla según el criterio sospechoso de un tribunal electoral que aún no termina de sacudirse el desprestigio y de su consorte e impulsor en la vida política, Rafael Moreno Valle Rosas.
Este 24 de diciembre al medio día de 2018 la sociedad, no sólo el círculo rojo, quedaron sacudidos cuando corrió la noticia de la caída del helicóptero en el que viajaba la pareja Alonso Hidalgo-Moreno Valle Rosas tras haber despegado del jardín del domicilio particular de quien, paradójicamente, es presidente municipal de la capital por Morena, Pepe Chedraui Budib.
El deceso del matrimonio erigido como una dupla de poder alentó todo tipo de especulación por el moméntum en que cayó el sofisticado aparato, considerado infalible ante fallas e imponderables.
La más socorrida, hecha pública por un conjunto de periodistas locales y en la Ciudad de México, que la muerte de ambos había sido productora de una conjura, una acción concertada desde la Presidencia de México, ya en manos de Andrés Manuel López Obrador por una lectura torpemente anticipada: Moreno Valle era un peligro para la 4T. Con el paso de los meses los peritajes desmontaron la artificiosa campaña.
La caída del halcón negro (Agusta matrícula XABON) a media tarde del 24 de diciembre de 2018 abrió la puerta para la elección extraordinaria de 2019 cuando Miguel Barbosa, un político de izquierda arribó al poder, pero no supuso el fin de la polarización que había comenzado hace años, en la gestión del priista Mario Marín Torres.
En efecto, la división de la sociedad poblana, alimentada por los grupos políticos que simpatizaron con las aspiraciones de Moreno Valle inflaron una percepción negativa en torno al gobierno marinista tras la torpeza reiterada en el trabajo de contención y gestión de la crisis por la detención de Lydia Cacho Ribeiro, autora del libro Los demonios del edén.
La publicación de las conversaciones entre el gobernante de aquella época y el textilero Kamel Nacif tras la detención de Cacho Ribeiro, fue el caldo de cultivo para nutrir una narrativa contraria al grupo priista en el poder en 2005, hasta arrinconar al gobernador con la ayuda del panismo en el gobierno federal.
Con la rentabilidad política como meta última, los grupos de interés aliados con Vicente Fox primero y Felipe Calderón después, no titubearon ni cuando la crispación social en Puebla estuvo al borde del enfrentamiento con el riesgo de un saldo tráfico.
Con un priismo desacreditado, un gobernador acotado y un candidato a gobernador debilitado como Javier López Zavala, la mesa le fue puesta al neopanista Moreno Valle en la elección de 2010 en Puebla, para luego poner en la mira la candidatura presidencial.
La muerte de Martha Erika Alonso Hidalgo y Rafael Moreno Valle no supuso el inicio de la tragedia poblana, sino apenas una crisis política hace seis años con la caída del helicóptero Agusta, sino 19 años atrás en la que irresponsablemente, Acción Nacional y su cúpula contribuyó de manera decisiva.
La conclusión en 20230 del sexenio que comenzó apenas el 14 de diciembre con Alejandro Armenta al frente del gobierno estatal podría significar el término formal de esa espiral de violencia política, de descalificación y división entre iguales en el territorio poblano.
En el sótano…
Parabólica regresa el lunes 6 de enero.
Felices fiestas.
@FerMaldonadoMX
clh