Terminar con privilegios

Dos momentos marcan el cambio de paradigma con la llegada del nuevo modelo político y con un régimen distinto del que supuso con gobiernos del Partido Revolucionario Institucional y Acción Nacional en México y en Puebla.

Con una diferencia de días, quedó acreditado que el dinero público tendrá un uso diferente y sin dobleces, lejos de los grupos empresariales o medio de comunicación que se aliaron con el poder público, o al revés.

El gobernador electo, Alejandro Armenta recordó la mañana de este martes el tiempo en que como diputado federal emplazó al coordinador del grupo parlamentario en San Lázaro, el mexiquense César Camacho Quirós a fijar una postura respecto del dispendio que en el territorio estatal hizo el grupo del difunto Rafael Moreno Valle Rosas.

La deuda que colocó a Puebla como la tercera entidad en el país con el mayor monto comprometido luego de la construcción del Museo Internacional de Barroco, el Centro Integral de Servicios y Ciudad Modelo dejó un saldo que será finiquitado en los próximos 40 años.

Los planes de inversión pública con dinero privado bajo el esquema de Proyectos para la Prestación de Servicios que terminan por generar montos de deuda e intereses que presionan finanzas públicas fueron sepultados apenas hace unos días cuando la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se reunió Larry Fink, CEO del fondo de inversión BlackRock.

La presidenta dejó en claro a su interlocutor que no habrá asociaciones público-privadas, pero no cerró la puerta al dinero de inversionistas siempre que el de ejecución de las obras en aeropuertos, puertos y parques industriales se realicen con fondos mixtos y con plazos específicos para evitar la contratación de deuda a plazos interminables, como sucede con la tienda de electrodomésticos que ofrece “paguitos” de por vida, pero se resiste a cumplir compromisos ante el fisco.

Ese esquema justo es el que trajo a la mesa del presente quien hace siete años ya había condenado el endeudamiento al que orillaron a los habitantes del estado de Puebla para dar cumplimiento a un capricho político con fines de lucimiento personal de un Moreno Valle que buscó por todos los medios convertirse en candidato panista a la presidencia de México, ante el silencio ominoso de los rabiosos detractores de hoy.

No sólo eso, colocó en el escrutinio a los poderosos del pasado que hicieron negocio con ese grupo político con un insumo que es de utilidad pública: la información.

Se trata de la más enérgica advertencia de quien en el pasado no titubeó para romper con el partido en el que creció políticamente por las profundas diferencias de forma y de fondo con el PRI de Enrique Peña Nieto, Enrique Ochoa Reza, Miguel Ángel Osorio y Luis Videgaray, tan obsequiosos todos con el panista que desde Puebla tejió acuerdos para buscar la anhelada candidatura presidencial.

Quienes no advirtieron el cambio de paradigma equivocaron el camino. La colocación de etiquetas, como sucede en la aldea, resulta tan arcaica como quien asume que con la llegada de un partido que creció por el desencanto de la gente, repetirá fórmulas del pasado que solo favorecieron a los administradores de la opinión y reputaciones públicas.

 

@FerMaldonadoMX

 

clh