Intoxicación informativa impone agenda en las democracias
Una pequeña comunidad como Paiporta en España, de apenas unos 4 kilómetros cuadrados con menos de 30 mil habitantes quedará como un punto de referencia en la nueva era de la relación entre súbditos y la Corona; del Gobierno Español y los gobernados; y de la monarquía con el poder político.
Todas esas vinculaciones a la luz de un elemento central que llegó para no irse en esta nueva realidad que hace crujir los soportes sobre los cuales se diseñan e implementan políticas públicas, los gobiernos y que pone a prueba el modelo político y la democracia a nivel global: la toxicidad de las redes sociales.
Una escena que ese fin de semana inundó X y otras redes es la del Rey de España. Felipe VI en donde pide a un grupo de jóvenes desestimar la cauda de información falsa que inunda plataformas digitales pues “hay mucha intoxicación informativa y mucha gente interesada en esto” de generar caos.
Polarizado y dividido el pueblo de España, la tormenta perfecta llegó con DANA (Depresión Aislada de Niveles Altos) que dejó una zona devastada en ese pequeño pueblo de la región de Valencia con más de 200 muertos según los últimos reportes tras casi cinco días de la tragedia.
La falta de respuesta asertiva del gobierno del socialista Pedro Sánchez, la aparición en ese lugar del Ejecutivo acompañado de los reyes Felipe VI y Letizia avivó una discusión en redes que no tiene referente en el pasado inmediato en la que la mayor conversación estuvo alimentada por enojo y frustración legítimas, pero también por los grupos que buscan rentabilidad política.
En México, como en otros países de habla hispana con gobiernos que tienen inclinaciones ideológicas por el partido en el gobierno en España alimentaron la narrativa y colocaron en el blanco a la Monarquía tras el desacierto sucedido en la zona devastada cuando Pedro Sánchez debió abandonar la escena en la que fue increpado y hasta agredido.
Un evento natural de fuerza descomunal con un saldo desolador, un gobierno poco propositivo y lento y una visita imprudente a la zona severamente afectada con cientos de miles de millones de pérdidas materiales, y sobre todo de vidas humanas aún sin cuantificar fueron componentes que lejos de llevar consuelo en medio de la tragedia, avivó la polarización.
En el sismo de 1985 en México no existían las redes sociales, pero permeó entre la sociedad de la época la poca pericia del gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, el priista que se había resistido a aceptar ayuda humanitaria de otras naciones frente a un desastre descomunal en el que perdieron la vida 26 mil personas, según un cálculo de la Comisión Económica para América Latina aunque el gobierno estimó la cifra en 6 mil.
Estudiosos de la ciencia política ubicaron ese año como el periodo en el que se acentúo la fractura del modelo político instaurado por el aparato priista y que terminó por venirse abajo con la elección de 1988 con un Carlos Salinas Cuestionado y un sustituto involuntario seis años después, con Ernesto Zedillo Ponce de León, en 1994.
El modelo español permite interponer un recurso bajo la figura de la moción de censura, o derivado de la profunda crisis política el gobernante Partido Socialista Obrero Español convocar a elecciones extraordinarias en un país en el que los próximos comicios generales están previstos para 2026.
Nada está escrito, salvo que Paiporta se ha convertido en el antes y después de una gestión de por si cuestionada y que el trabajo de contención de crisis para Pedro Sánchez y la Corona deberán ser altamente efectivos o de los contrario, poner las barbas a remojar.
@FerMaldonadoMX