El hotel que dejó abandonado en Cholula el alcalde de Zacatlán

Ahora que José Luis Márquez Martínez abandono el PRI y entró al círculo político de Morena, además de que está por concluir su mandato como edil de Zacatlán, es pertinente preguntarse: ¿cuál va a ser el destino de una polémica propiedad que tiene el alcalde en el centro de San Pedro Cholula? Un inmueble que se aleja mucho de la austeridad republicana de la 4T y que ha estado en la mira del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por contravenir las normas para la preservación del paisaje histórico de una de las zonas arqueológicas más importante de Puebla y de México.

El inmueble en cuestión se ubica en las calles 2 sur y 5 Oriente del Centro Histórico de San Pedro Cholula. Está a unos pasos de la pirámide de Cholula.

El proyecto que ha acariciado el político ex priista es abrir en ese lugar el hotel más grande de San Pedro Cholula, para explotar la riqueza turística de la región.

Luego de que Márquez terminó su primer mandato como alcalde de Zacatlán, durante el sexenio de Melquiades Morales Flores, traslado su residencia a San Pedro Cholula y su actividad política a la capital, en donde se incorporó a la facción de Mario Marín Torres, quien se acabaría convirtiendo en alcalde de la ciudad de Puebla y posteriormente titular del Poder Ejecutivo estatal, además de ser el gobernador más odiado y repudiado a nivel local, así como en el ámbito nacional.

Siendo parte fundamental del grupo de Marín, el político oriundo de la Sierra Norte compró una propiedad nada pequeña en la zona monumental de San Pedro Cholula, pues se estima que tiene más de 3 mil metros cuadrados, en la dirección antes citada.

La polémica inicia porque hay dos versiones de como adquirió la propiedad, que por su ubicación y tamaño tiene una alta plusvalía inmobiliaria.

Se dice que habría pagado 50 millones de pesos, que es una cantidad fuerte para alguien que se había venido desempeñando en el servicio público.

La otra versión es que habría ganado un juicio, que le adjudicó la propiedad, luego del fallecimiento de la propietaria original, una mujer de la tercera edad. No se sabe en realidad que ocurrió.

Al paso de los años, cuando ya era gobernando el estado el panista Rafael Moreno Valle Rosas, el entonces político marinista logró obtener los permisos para construir un hotel en la propiedad adquirida.

Es el ayuntamiento de José Juan Espinosa Torres el que le otorga las licencias a Márquez, pese a que entre ambos no había una buena relación. El primero militaba en el movimiento obradorista –por cierto, ahora es priista— y el segundo, en ese entonces, era dirigente del sector popular del PRI y en el presente, ya es parte de la 4T. Es decir, entre ambos al cabo 8 o 9 años se acabaron invirtiéndose sus lealtades políticas.

Cuando la obra ya estaba muy avanzada –ver las fotos— surgió la protesta de hoteleros de la zona, pero sobre todo de activistas a favor del patrimonio cultural, porque el hotel iba a tener una altura de cuatro o cinco pisos, según el proyecto de la obra, lo que provocaba que se tapara la vista que existe desde el zócalo de San Pedro Cholula a la zona de la pirámide.

Tal situación era un atentado al paisaje histórico, porque se rompía con la vista que se aprecia desde el zócalo o desde la pirámide, que uno de los grandes atractivos culturales de la zona patrimonial.

Como siempre ocurre, intervino el INAH y clausuró temporalmente la obra.

Luego ya se iba a retirar la sanción y se dejaría que continuaran los trabajos de edificación, pero la presión de activistas a favor de la defensa de patrimonio cultural llevó a que el INAH dictara una segunda clausura definitiva. Por lo menos, a la intención de construir una estructura de más de tres pisos.

Se dice que fue mucho el coraje de Márquez por la sanción del INAH.

No es para menos, se especula que el hotel en cuestión podía haber tenido una inversión de unos 100 millones de pesos.

Surge otra vez la pregunta: ¿un exalcalde de un municipio de la Sierra Norte tiene la capacidad de hacer ese tamaño de inversión?

Fue tanto el enojo que José Luis Márquez abandonó todo.

Incluidos “dos perros finos”, refiere un vecino, que narra: los canes se quedaron encadenados dentro del inmueble y sin que nadie los atendiera.

Algunas veces un carnicero que está ahí cerca su negocio se apiadaba y pasaba a dejarles grandes trozos de carne. De un día para otro los animales desaparecieron. No se sabe si se los robaron o se murieron de hambre.

Ahora es conveniente preguntarse ¿en menos de un mes, cuando Márquez termine su segundo mandato en Zacatlán, ahora si va a desarrollar su vocación de hotelero?

Allá en Zacatlán se dice que es dueño del hotel San Román, que nada tiene que ver con el tamaño e importancia del proyecto de hospedaje en San Pedro Cholula.

Tal vez José Luis Márquez siga aplazando dedicarse de tiempo completo a ser prestador de servicios turísticos y continúe en la política. ¿En que posición? En ser “la sombra” del próximo gobierno municipal de Zacatlán, que será encabezado por su esposa: Beatriz Sánchez Galindo.

 

clh