Sangre, tragedia y rentabilidad electoral

La comunidad en la que fueron abatidos cuatro elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, San Francisco Torrecillos tiene unos 700 habitantes y se encuentra a 15 kilómetros de la cabecera municipal, Chignahuapan en la sierra norte; es decir, menos de la mitad de la distancia que existe entre la capital del estado y Atlixco, el sitio en el que miles de familias viven sus vacaciones, puentes y descansos de fin de semana.

Son datos precisos que colocan a Lorenzo Rivera Nava, el priista por el que lo habitantes votaron para ser presidente municipal en la contienda de 2021 como una figura decorativa para garantizar la seguridad en una comunidad con tan pocos lugareños, o que se ha coludido con grupos delictivos que operan en la región.

Ese presidente municipal que llegó al cargo por el voto de la gente busca una diputación local por el distrito 3, para lo que dejó en su silla José Pedro Lecona Romero, que por tres meses -en lo que transcurre la campaña, se ha ocupado de cuidar las espaldas del priista-, se coloca en la misma posición que otros ediles marcados por la ola de inseguridad en el estado.

En efecto, Lorenzo Rivera como el presidente municipal de Tecamachalco con licencia, Ignacio Mier Bañuelos -Nacho Mier, su padre, irá al senado de la República como premio de consolación tras perder la interna de Morena al gobierno del estado en noviembre pasado-, también estuvo en el centro de la atención en noviembre de 2021 cuando su secretario de Seguridad Pública, Alejandro Santizo presuntamente ejecutó a tres agentes ministeriales en pleno centro de la cabecera municipal. 

Santizo se entregó a elementos de la Agencia Estatal de Investigación cuando aún existía confusión sobre la identidad de los abatidos cuando efectuaban trabajos de investigación en ese municipio en el que el mayor clamor ciudadano es porque regrese el estado de paz que se ha perdido en los últimos años.

Mier Bañuelos también anda en campaña como candidato a una diputación federal. No obstante el rechazo notable que existe en el municipio colocado en el llamado triángulo rojo, fue designado como candidato por una prebenda que obtuvo su padre luego de ser vencido por Alejandro Armenta, candidato al gobierno del estado.

No son solo municipios alejados del centro y zona metropolitana de Puebla, sino en la capital misma. A principios de abril sus habitantes se desayunaron con la noticia del hallazgo de un conjunto de cabezas y los cuerpos de siete personas en el Periférico Ecológico, en la capital que había sido gobernada hasta hace muy poco por el candidato al gobierno de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.

Un día antes se registró la ejecución de Vielka Pulido y su acompañante -de la que no se tiene mas información sobre las líneas de investigación- cuando salían de un gimnasio de la zona en la zona de Zavaleta.

La desaparición de las líneas discursivas de Rivera Pérez por las condiciones de inseguridad en todo el estado no es casual, ni concesión. Acusar ineficacia en el modelo suele revertírsele por que el mismo formó parte del diseño, pero, además, según datos de Inegi, la capital que dijo corregir, mantiene porcentajes de percepción de inseguridad por arriba de la media nacional.

Ni corrección ni mejor rumbo en la capital, pero no es privativo de la capital como ya se ejemplificó. El desafío que supone terminar con la violencia e inseguridad no puede ser monopolio o potestad de un solo partido, sino de todos. Politizar con fines de lucro electoral la tragedia poblana no terminará con el problema, pero si lo va a frivolizar.

 

@FerMaldonadoMX