El malestar contra Chedraui llega hasta el equipo de Claudia Sheinbaum
El fuerte malestar que hay en las bases morenistas contra la candidatura del empresario José Chedraui Budib ya es un tema que está en el “cuarto de guerra” de la aspirante presidencial Claudia Sheinbaum Pardo, en donde se ve con preocupación el rechazo que hay contra el político expriista en la ciudad de Puebla, que es la quinta más importante del país –desde el punto de vista de la concentración de ciudadanos con credencial para votar– que poco o nada, se hace algo para revertir esa condición en una zona urbana con una fuerte presencia del llamado “voto anti–AMLO”.
La semana anterior estuvo en la capital poblana la senadora Nuvia Magdalena Mayorga Delgado, quien vino a evaluar las campañas de los aspirantes de la 4T a diputados federales y senadores. De pasó le tocó conocer que el problema más fuerte del actual proceso electoral está ubicado en la capital y que expresa en que el aspirante a edil no logra ser aceptado por líderes y bases de Morena, que lo ven como una imposición y sobre todo como un personaje que no hace nada para granjearse el apoyo popular de los morenistas.
El día que llegó la senadora Mayorga Delgado a la sede de Morena, le tocó presenciar una asamblea convocada por bases de Morena y que fue presidida por Olga Lucia Romero Garci-Crespo, la presidenta estatal del partido, que fiel a su estilo solo se limitó a escuchar las inconformidades, pero nunca resuelve los problemas de esta fuerza política.
En ese encuentro se escuchó, por enésima vez, que podría haber un “voto de castigo”, es decir que militantes y simpatizantes de Morena se abstengan de ir a las urnas, o que se aplique un “voto diferenciado”, el cual consistiría en que se sufrague por Claudia Sheinbaum y Alejandro Armenta Mier, el aspirante a gobernador de la 4T, pero no por Chedraui Budib.
Aunque la visita de Nuvia Magdalena Mayorga Delgado terminó con una fotografía en que se ve a Alejandro Armenta Mier, al legislador Ricardo Monreal Ávila –encargado de la estructura territorial de la campaña de Claudia Sheinbaum–, al aspirante a senador Ignacio Mier Velazco y a todos los candidatos a diputados federales, con rostros sonrientes y exponiendo que hay unidad, al final la evaluación de Puebla no fue del todo positiva.
En el caso de los candidatos a legisladores federales, se expuso dos graves problemas:
Primero es que no todos los aspirantes están en la misma sintonía. Sobre todo, los que son los llamados “externos”, es decir quienes meses atrás eran priistas, panistas o morenovallistas, y ahora son conversos a la 4T. Estos se han destacado porque promocionan su imagen, sus propias ideas, pero no difunden las propuestas y la propaganda de Claudia Sheinbaum Pardo, que debería ser la parte central de la campaña electoral.
Segundo es que los alcaldes de la 4T no están vinculados con las campañas electorales de los candidatos de la alianza Morena, PVEM, PT y Nueva Alianza, en lo que pareciera ser una actitud de desaire de los presidentes municipales al actual proceso electoral, bajo la idea de que los ediles ya se van y no les interesa colaborar con los triunfos electorales de Morena y sus aliados.
Al final los anteriores problemas tienen solución y solo se necesita que la dirigencia estatal de Morena haga mejor su trabajo.
El problema que, si se llevaron los enviados de Claudia Sheinbaum clasificado como “muy preocupante”, es la debilidad de José Chedraui como candidato de la capital.
El mapa de riesgo de Chedraui
Entre liderazgos y conocedores de las entrañas de Morena en la ciudad de Puebla, se dice que los problemas de Chedraui se traducen en dos aspectos:
Las mediciones apuntan a que, en las colonias y juntas auxiliares más populares de la capital poblana, el grueso del electorado estaría orientado a votar por los candidatos de la 4T. Son núcleos de electores que están ajenos a la discusión de que si hay o no hay identidad de Chedraui y los llamados “candidatos externos” con el movimiento obradorista.
El problema radica en las colonias de clase media, en donde si ha permeado las campañas de rechazo contra Chedraui, quien es visto como un personaje ajeno a la 4T y muy lejano, sin conexión, con las bases obradoristas.
Y es en ese segmento donde se ha planteado un “voto de castigo” o un “voto diferenciado”, que no sería la primera vez que ocurra, pues ya se observó en los procesos electorales de 2018 y 2021, en el segundo cuando no se sufragó a favor de la reelección de la edil de la capital, Claudia Rivera Vivanco.
La mayor dificultad –que es el segundo problema— es que José Chedraui y su equipo de operadores electorales caminan por una ruta equivocada: en lugar de buscar interactuar con toda la diversidad de militantes, simpatizantes y liderazgo de la 4T, para de esa manera enfrentar los escollos, prefiere no arriesgarse y alejarse de lo que consideran “zonas de riesgo”.
Se dice que su equipo ha diseñado auténticamente “un mapa de riesgos”, en donde se apunta que colonias, que juntas auxiliares, con que grupos políticos, Chedraui no se puede acercar y por tanto, se descarta toda presencia del candidato en esos sitios o con ciertas personas.
Lo hacen por el temor de que increpen a Chedraui, el aspirante no sepa que responder y esos momentos se graben, se filtren a redes sociales, donde el abanderado morenista enfrenta duros cuestionamientos.
A los aspirantes a diputados federales de la capital les ha llamado la atención, y algunos les ha molestado, que han invitado a Chedraui a eventos masivos o recorridos por colonias de clase meda, y los colaboradores del aspirante a edil despliegan toda una serie de preguntas y cuestionamientos para decidir si el abanderado acude a dichas actividades. Una actitud que se toma como signos de arrogancia o de ignorancia.
Un comentario generalizado es: nadie le ha explicado a José Chedraui que, cuando un político es candidato, como mínimo, debe ir a todas partes y darle la mano a todo mundo para ganar votos. No hay otra manera.
clh
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