La posible candidatura de Albores es un intento de regresarle su identidad a Morena
La posible postulación de María Luisa Albores González –la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales– a la gubernatura de Puebla parece obedecer a un modelo de candidaturas, que se estaría impulsando desde Palacio Nacional, para que los aspirantes de Morena que contenderán en por lo menos ocho de los nueve estados que renovarán mandatarios en 2024, sean figuras que provengan del movimiento original de la 4T y no tengan nexos con el PRIAN.
Si se hace una revisión de todos los aspirantes que ya vienen caminando directo a ser nominados en la sucesión de 2024, se observa que, para esa ocasión, se estarían haciendo a un lado los perfiles de políticos de recién ingreso a la 4T o que están atados a intereses de grupos de poder del PRI, el PAN o el PVEM.
En 2021, todavía hubo la licencia de designar abanderados ligados a fuerzas externas a la 4T, como son estos dos casos:
Américo Villarreal Anaya ganó la gubernatura de Tamaulipas luego de una larga trayectoria en el PRI que, le permitió ser alto funcionario de la Secretaría de Salud de ese estado en un par de ocasiones. Fue hasta 2018 cuando dejó las filas del tricolor y se convirtió en senador de la izquierda. Ahora, que ya es mandatario, ha integrado un gabinete con cuadros destacados que tuvieron militancia en el Partido Revolucionario Institucional.
María Elena Hermelinda Lezama, mejor conocida como Mara Lezama, aparentemente su carrera política en Quintana Roo inicia en 2015 y siempre en Morena. Sin embargo, es de dominio público que esta mujer, oriunda de la Ciudad de México y que en alguna época fue periodista, está estrechamente ligada a los intereses de José Emilio González Martínez, mejor conocido como “el Niño Verde”, quien maneja como empresa familiar el Partido Verde Ecologista de México.
En el gabinete de Mara Lezama se colocaron a personajes ligados a “el niño verde” en las secretarías de Finanzas, Desarrollo Social, Desarrollo Urbano, del Trabajo, así como Infraestructura y Transporte. Es decir, se le cedió al PVEM las posiciones más importantes del gobierno de Quinta Roo.
Ahora pareciera que el presidente Andrés Manuel López Obrador quiere cerrar su sexenio dejando una oleada de nuevos gobernadores que hayan sido parte, desde sus orígenes, del movimiento de la 4T y por ende, puedan impulsar proyectos acordes al lopezobradismo en los siguientes 6 años, cuando él ya no esté presente como político activo.
En este espacio periodístico se había advertido –desde hace varias semanas– que María Luis Albores era un fuerte perfil para buscar la postulación de la 4T, por la posibilidad de que Morena decida que la candidatura a la gubernatura de Puebla sea para el género femenino, luego de que en más de la mitad de los estados en donde habrá elecciones ya están “amarrados” hombres para ser los abanderados y ahora, el Partido de Regeneración Nacional debe buscar cumplir con la paridad de género.
Pero más allá del dilema de cumplir con las cuotas de candidaturas para mujeres por parte de Morena, se percibe que desde Palacio Nacional se está empujando que la mayor parte de los aspirantes a gobernador sean verdaderos líderes de la 4T y no que sean tránsfugas de otras fuerzas políticas. Es decir, se estaría cuidando la identidad del obradorismo.
En ese sentido, María Luisa Albores entró públicamente esta semana en la contienda poblana por la candidatura de Morena a la gubernatura, en un escenario que le resulta adverso desde el punto de vista de carecer –por ahora—de una alta popularidad en el electorado general del estado; pero a su vez, con la enorme ventaja de ser fundadora del movimiento social de la 4T y ser parte del primer círculo de confianza de Andrés Manuel López Obrador.
Los otros dos contendientes por la candidatura morenista, Ignacio Mier Velazco y Alejandro Armenta Mier, han avanzado mucho en sus índices de popularidad, pero su incorporación al lopezobradorismo es reciente. A lo largo de los años anteriores a la elección de 2018, el primero era simpatizante del gobierno panista de Rafael Moreno Valle Rosas y el segundo, era parte de del círculo político del último presidente priista, de Enrique Peña Nieto. Esa condición les inyecta debilidad política.
Aunque dicen, Armenta y Mier, ser leales a la 4T, lo cierto es que no se les nota una genuina identidad con el obradorismo; además, el activismo que han desplegado en los últimos meses descansa en los grupos regionales del PRI, y este último factor, ahora no es bien visto desde Palacio Nacional.
<cab> Los perfiles obradoristas
Para sustentar la idea principal de esta columna, es necesario revisar todos los aspirantes que vienen adelantados para buscar las candidaturas de Morena a gobernadores y todos ellos, son parte del movimiento de la 4T desde su surgimiento.
Sólo en Yucatán no se ve esa identidad, al parecer por la falta de líderes de la 4T, en un estado con un fuerte dominio del PRIAN. Ahí los dos aspirantes son: Joaquín Jesús Díaz Mena, actual delegado de Bienestar, pero con un pasado reciente en el PAN; y la senadora Verónica Nohemí Cansino Farjat, quien era parte del PVEM y del PRI.
En las otras entidades, los escenarios son los siguientes:
En Morelos: el favorito es Rabindranath Salazar Solorio, quien fundó el Banco del Bienestar y en 2018, coordinó en varios estados, incluido Puebla, la campaña presidencial de López Obrador.
En Tabasco: acá avanza un hombre de todas las confianzas de López Obrador desde la década de los años 90, cuando hubo el llamado Éxodo por la Democracia. Se trata de Javier May Rodríguez, quien dirigió en este sexenio el Fondo Nacional de Fomento al Turismo.
En la Ciudad de México: la apuesta del obradorismo es postular a la alcalde de Iztapalapa, Clara Marina Brugada Molina, quien es parte del grupo de López Obrador desde que fue jefe de Gobierno de la capital del país, entre los años 2000 y 2006.
Chiapas: el único aspirante fuerte en este estado es Zoé Robledo Aburto, actual director general del Instituto Mexicano del Seguro Social y un importante cuadro obradorista de los últimos 23 años.
Jalisco: Carlos Lomelí Bolaños busca su tercera candidatura a gobernador por la izquierda. En 2006 y 2012, compitió por la titularidad del Poder Ejecutivo por invitación de López Obrador.
Guanajuato: los dos aspirantes son la feminista y diputada federal, Lucía Micher Camarena; y el director de la Procuraduría Federal del Consumidor, Ricardo Sheffield. Ambos han sido parte de Morena desde sus orígenes.
Veracruz: una de las mujeres de mayor confianza del presidente es Norma Rocío Nalhe García, la secretaria de Energía y la encargada de uno de los proyectos emblemáticos del sexenio que es la Refinería Dos Bocas. Si ella no fuera la abanderada, la segunda opción es el diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna, un joven pero experimentado activista de izquierda en esa entidad.
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