El fantasma de la violencia política de género acecha a todo el grupo de Genoveva Huerta
El delito de la violencia política de género se está convirtiendo en “el talón de Aquiles” del grupo de Genoveva Huerta Villegas, que es actualmente es la única corriente disidente y crítica en el panismo poblano. Las acusaciones contra sus miembros amenazan con dejar a esta facción fuera del proceso electoral de 2024 y evitar su permanencia dentro del PAN.
Las tres cabezas de este grupo han sido acechadas por sendos procesos legales que podría descarrilar sus carreras políticas. Se trata de Paola Angon Silva, Eduardo Alcántara Montiel y la propia Huerta Villegas.
El ayuntamiento panista de San Pedro Cholula emprendió un proceso contra Pérez Fragozo sin tener el más mínimo sustento jurídico.
Dos veces se le echó por la fuerza de la sede del gobierno local de San Pedro Cholula, incluso con el uso de la fuerza pública, sin que hubiera una causa legal y sin tomar en cuenta que esta mujer nunca dejó –desde el punto de vista jurídico— de ser parte del Cabildo.
Se le acusaba que duplicaba su actividad pública en el gobierno local por ser regidora y trabajadora de confianza a la vez, cuando esta mujer –de militancia priista– tiene más de 6 años que termino su relación laboral con la comuna, por tanto no había ningún delito o falta administrativa que sancionar.
Al final, con el fallo judicial que ordenó la reinstalación en su cargo de Beatriz Pérez Fragozo, quedó exhibido que el proceso legal en su contra era una venganza personal de la edil Paola Angon hacia la regidora por las posiciones críticas asumidas en el Cabildo de la ciudad.
Eso permitió a la agraviada presentar una demanda contra la alcaldesa por violencia política de género, recurso que tiene muchas posibilidades de prosperar, sobre todo en el ámbito federal de la justicia electoral.
Paola Angon se quedó sin argumentos para justificar el por qué de un día para otro, a finales de 2022, ya no dejaron entrar a Pérez Fragozo a su oficina, cuya puerta fue cubierta por cinta plástica que se colocó por órdenes de la Contraloría y con el aval de la presidente municipal.
Desde ahora se advierte que la demanda por violencia política de género en contra de Paola Angon podría avanzar como cuchillo en mantequilla.
Y una muy posible sentencia que podría dictarse, tal como lo marca la norma, es prohibirle a Paola Angon participar en los siguientes procesos electorales.
Incluida la contienda de 2024, en la que ya no se podría presentarse –si hay un fallo en su contra— a buscar la reelección.
Más complicada es la condición de Eduardo Alcántara Montiel, quien es yerno de Paola Angon y es el coordinador de los diputados locales del PAN, cuya situación jurídica ya pende de un hilo delgado y frágil.
Alcántara había fungido, en los últimos 18 meses, como una especie de alfil de Paola Angon. Era quien la asesoraba y les recomendaba medidas de protección en su función de presidenta municipal.
Ahora Alcántara le urge que alguien lo defienda a él, luego del fallo judicial a favor de Erika de la Vega, una importante activista política de San Pedro Cholula, quien acusó al legislador del PAN de violencia política de género en el proceso electoral de 2021.
De la Vega expuso que Eduardo Alcántara Montiel le habría exigido tener sexo con ella o entregarle más de un millón de pesos a cambio de la candidatura a edil de San Pedro Cholula que esta mujer peleaba dentro de las filas del PAN. El asunto, está en la fase de impugnación.
En caso de que Erika de la Vega gane la tercera instancia del litigio, Alcántara alcanzaría una sentencia que lo dejaría fuera varios años del derecho de ser candidato a un cargo de elección popular.
Y en este proceso se lleva “entre las patas” a la cabeza del grupo, a Genoveva Huerta Villegas, quien siendo presidenta estatal del PAN, se habría negado a investigar las presuntas agresiones sexuales y de extorsión contra Erika de la Vega.
Eso pone en riesgo a Genoveva Huerta a tener un fallo judicial en su contra que trunque su participación, al menos, en la contienda electoral que se avecina.
Todo esto fue resultado de la soberbia y los yerros personales de Angon, Alcántara y Huerta.
No hay ningún resquicio para que acusen a la 4T, al edil Eduardo Rivera Pérez, al Yunque o al empresario conspirador George Soros de estarlos persiguiendo políticamente.