Armenta se gana la animadversión del movimiento feminista por su indefinición en el tema del aborto

La desacertada declaración –de este lunes– que Alejandro Armenta Mier hizo sobre el tema del aborto exhibió un grave problema del senador: es parte de Morena, quiere ser candidato morenista a gobernador, pero ideológicamente es ajeno a las ideas del Partido de Regeneración Nacional, en donde está ganando terreno los colectivos feministas que están impulsando una comprometida y firme agenda de derechos de género en la plataforma legislativa que se presentará en la campaña electoral de 2024.

Una ola de críticas, de fuertes cuestionamientos, se vinieron encima del legislador poblano en las redes sociales a las pocas horas de dar a conocer su desafortunada visión sobre la interrupción del embarazo, en donde colectivos feministas lo que más le reprocharon fue su actitud tibia, timorata, de no tener la valentía de asumir una posición firme a favor o en contra de la despenalización del aborto.

Y es que Armenta hizo un verdadero galimatías con su definición al decir: “La mujer ejerce su derecho –sobre su cuerpo– y tenemos que respetar el derecho de la mujer, pero también en esa línea delgada tenemos que respetar el derecho a la vida”.
 

En resumen: dijo que está a favor del aborto y el mismo tiempo no está. Para acabar rematando que no es un tema de su incumbencia.

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El ex priista parecía emular a Mario Marín Torres, “el góber precioso”, que en el escándalo del Lydiagate de 2006 –que acabó hundiendo su cerrera política y al PRI poblano—se la pasaba diciendo: “es mi voz, pero no es mi voz”, en relación con los audios en el que se le escucha conspirar con el empresario Kamel Nacif para torturar a la periodista Lydia Cacho Ribeiro.

Armenta reprodujo textualmente la definición que tiene el Partido Movimiento Ciudadano –con el que se encuentra negociando para ser su candidato, si no lo logra en Morena—sobre el tema del aborto, en el que no se comprometa a nada, solo que respeta a los que están a favor y en contra de la interrupción del embarazo.

En ese sentido, quien ha tenido una actitud más congruente ha sido Ignacio Mier Velazco, el rival de Armenta en la candidatura de Morena a gobernador de Puebla y coordinador de la bancada morenista en San Lázaro.

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Ante el tema en cuestión, Mier Velazco ha contestado lo correcto: únicamente se tiene que acatar la resolución del 7 de septiembre de 2021 del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en la cual se estableció que, en ningún estado del país, se puede criminalizar a las mujeres que decidan interrumpir un embarazo de manera voluntaria.

Esa era la respuesta mínima que debía ofrecer Armenta ante el tema en cuestión y en congruencia con su militancia en Morena. Pero al final dejó entrever que le tiene miedo al Arzobispado de Puebla que se la pasa regañando a los políticos que defienden los derechos de género.

Más grave resulta que Armenta no esté enterado, en su calidad de presidente de la mesa directiva del Senado de la República, que apenas hace unos días se realizó en la Ciudad de México la Internacional Feminista, impulsada por movimientos y partidos de izquierda de 30 países del mundo, en donde se planteó un fuerte cuestionamiento al machismo que domina en las bancadas legislativas de Morena –y otras fuerzas políticas— que han impedido acatar el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Ahí en ese encuentro, Citlalli Hernández, la secretaria general de Morena, presentó un severo llamado a los grupos parlamentarios del Partido de Regeneración Nacional, en el ámbito federal y de los estados, a que ya se acate el resolutivo de la SCJN de despenalizar el aborto y dejarlo plasmado en las leyes secundarias.

Una propuesta que suscribió Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de las Ciudad de México y principal aspirante presidencial de Morena.

Y que no necesita acatar Marcelo Ebrard Casaubón, el canciller mexicano y segundo aspirante presidencial, pues ha sido el político más importante en el país en materia de defensa de derechos de género, al haber sido el primer gobernante de la capital y de toda la República Mexicana que impulsó el aborto y los matrimonios igualitarios.

En cambio, Alejandro Armenta está extraviado en el tema de la lucha de los derechos de la mujer.

Es de los políticos que todavía cree que ser de izquierda es salir en un video con su perro lamiéndole la cara y regalando arbolitos.