Párroco de Texmelucan viola normas municipales y cuando lo sancionan acusa que son atentados
La actitud del clérigo Rafael Hernández Sosa, párroco de San Martín Texmelucan, se ha vuelto “un foco rojo” para la Arquidiócesis de Puebla, ya que ha convertido el atrio del templo de San Martín Obispo de Tours en un centro de ferias y negocios, promueve abiertamente a aspirantes a ser candidatos a alcalde de esta ciudad y, por si fuera poco, desafía a la autoridad civil al negarse a acatar reglamentos de normatividad comercial y de protección civil.
En lugar de que el sacerdote se ciña a la normatividad que regula en México al Estado laico y los límites de las asociaciones religiosas se ha puesto a reproducir la expresión de que hay “atentados” en contra de su persona y la iglesia católica, en respuesta al intento de las autoridades municipales de sancionar sus actividades que violan los reglamentos locales.
Pareciera que el clérigo quisiera generar un enfrentamiento entre fieles católicos y el ayuntamiento morenista de San Martín Texmelucan.
Político y mártir
Rafael Hernández Sosa se convirtió –en octubre de 2019– en el párroco 53 del templo de San Martín Obispo de Tours, que es la principal parroquia de San Martín Texmelucan, ubicada frente a la plaza del zócalo de la ciudad, la cual es un importante polo de desarrollo comercial e industrial entre los estados de Puebla, Tlaxcala e Hidalgo.
Ahora esa discrecionalidad se ha mermado y abiertamente intenta hacer proselitismo político-electoral, además de convertir a su templo en un centro de actividades comerciales. Es decir, en el presente es más procaz en su actuar.
El primer cuestionamiento es que –el 10 de enero pasado– hizo La Gran Feria del Empleo, en cuya publicidad aparecía del lado derecho, en la parte superior, el escudo de la parroquia de San Martín Obispo de Tours, y en el lado izquierdo, la figura de un “gallo” y las siglas “FR”, que son las de Filemón Ramírez Sánchez, un comerciante que en el pasado proceso electoral fue candidato independiente a la alcaldía de San Martín Texmelucan. Y ahora se anda promoviendo para volverlo a intentar.
Y es que para nadie es un secreto, tal como se ha expuesto en este especio periodístico, que el sacerdote ha convertido las oficinas parroquiales en centro de reunión de regidores y políticos de oposición a Morena. Lo mismo llegan activistas del PMC, que del PAN y del PRI.
Dicho de otra manera: la parroquia es el centro de conspiración política de la oposición en contra de Morena en San Martín Texmelucan.
Esos encuentros pueden pasar desapercibidos, pero no que en los anuncios de la Gran Feria del Empleo, realizada en el salón parroquial, con todo cinismo y violación al orden constitucional, se exponga como un patrocinador a Filemón Ramírez, quien busca ser alcalde de San Martín Texmelucan.
Un segundo cuestionamiento es que el párroco Rafael Hernández Sosa programo otras dos ferias en el atrio de la iglesia: la del Niños Dios y la Expo Nenis, situación que muestra el interés del clérigo por hacer negocios, en lugar de concentrase en su labor doctrinal.
Esas ferias violaban dos normas. Primera: no tener los permisos de normatividad comercial para vender mercancías en un lugar que no está autorizado, que es el atrio de la iglesia. Segunda: se instalaron carpas sin que se permitiera la revisión de la Dirección de Protección Civil del ayuntamiento para garantizar la seguridad de esas estructuras.
Trascendió que el ayuntamiento de la ciudad por prudencia decidió no clausurar esas actividades, que era lo que correspondía.
Sin embargo, si multó al templo de San Martín Obispo de Tours por no acatar los ordenamientos municipales.
En lugar de que el párroco Rafael Hernández Sosa pagara las multas y diera por cerrado el capítulo de sus ferias, ha asumido una actitud de rebeldía, al calificar como “atentados” esa intervención de la autoridad municipal. Y provocar que esa expresión de “atentados” sea reproducida por fieles católicos en redes sociales.
Es evidente que el sacerdote Rafael Hernández Sosa está atrapado en la época de los cristereros y supone que su labor pastoral es para ganar el poder económico y político.
Un comportamiento que contrasta severamente con la actitud doctrinal, respetuosa de la legalidad y de civilidad que ha desplegado el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, quien ha sabido alejar al clero católico de la tentación de involucrarse con el poder político y económico del estado.
Aunque tal parece que el arzobispo con el sacerdote de la iglesia de San Martín Obispo de Tours tiene una extrema tolerancia o no lo puede meter al orden.
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