Héctor Sánchez busca la protección de Ricardo Monreal
A poco más de dos meses de que Héctor Sánchez Sánchez cayó de todas sus posiciones en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) se esfumó de la escena pública local. Sin embargo, en los pasillos del Poder Judicial poblano se comenta que el exmagistrado se encontraría en la Ciudad de México o cerca de la capital, en donde ha buscado el cobijo, la protección, del senador Ricardo Monreal Ávila.
Y es que se especula que ya habría tres órdenes de aprehensión que vienen en camino en contra del ex magistrado que, entre finales de octubre y mediados de noviembre del año pasado, acusó que había una campaña de ataques mediáticos en su contra y por eso renunciaba a todo en el TSJ, incluyendo la presidencia del Poder Judicial, para dedicarse a su defensa jurídica, mejorar su salud personal y luchar para que saliera a la luz la verdad “de todo”, aunque nunca aclaró que secretos tenía que develar.
Sánchez sorprendió a propios y extraños porque tuvo una carrera fast track en el Poder Judicial, transitando de un gobierno del PAN a uno de Morena.
En enero de 2018 se convirtió en magistrado y al poco tiempo en presidente del TSJ, como una posición del grupo político del entonces gobernador panista José Antonio Gali Fayad y un año más tarde, se ganaba la confianza de la 4T, siendo uno de los escasos cuadros del morenovallismo que había saltado con éxito al periodo oficial del finado Luis Miguel Barbosa Huerta, el exmandatario fallecido en diciembre pasado.
Pero de la misma manera en que subió como la espuma, se derrumbó como un castillo débil de naipes por que solapó varios fallos judiciales muy cuestionables y por haber restablecido su relación de intereses con el ex gobernador de Puebla, José Antonio Gali Fayad.
Por esa razón, estando en su mejor momento como presidente del TSJ, procuró establecer relaciones cercanas con figuras del ámbito nacional de la 4T. Buscando tejer alianzas que lo ayudaran a crecer políticamente o que lo pudieran defender en momentos críticos.
Un ejemplo es el siguiente: algo que abonó a ganarse la confianza en la gestión de Luis Miguel Barbosa, fue por la interlocución que alguna vez tuvo con la magistrada retirada Olga Sánchez Cordero, cuando esta última era la secretaria de Gobernación en el Gobierno de la República.
Se dice que la entonces edil de la capital, Claudia Rivera Vivanco, se fue a quejar a la Presidencia de la República contra el gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta. Eso llevó a la titular de Gobernación a buscar tener una valoración correcta de la situación política de Puebla. Y una fuente consultada habría sido Héctor Sánchez.
Al parecer, Sánchez Cordero le habría pedido un informe a Héctor Sánchez sobre la queja de que había una persecución política contra los adversarios de Luis Miguel Barbosa.
Y el entonces presidente del TSJ le habría respondió, sustentado, que todos los casos de procesos judiciales –emprendidos desde el Poder Ejecutivo estatal– estaban debidamente justificados jurídicamente.
Dicha respuesta habría sido bien aceptada en la Secretaría de Gobernación federal y festejada en Casa Aguayo, la sede oficial del gobierno del estado.
Una segunda relación que buscó cultivar Sánchez Sánchez fue con Ricardo Monreal Ávila, cuando se le veía al ex gobernador de Zacatecas como un político fuerte, osado y con posibilidades de colarse en las candidaturas importantes de la sucesión de 2024.
Héctor Sánchez se encargó de organizar el foro “Hacia un Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares. Retos y Análisis”, que se hizo en Puebla el 28 de junio de 2022, reuniendo a Monreal y Barbosa en el mismo evento.
A partir de entonces, se dice que el magistrado buscó ir estrechando una relación de cercanía con Ricardo Monreal.
En esa época, Sánchez creía que el apoyo de Monreal le serviría para gestionar una candidatura de Morena a un cargo de elección popular.
Ahora el escenario político ha cambiado radicalmente, pues Héctor Sánchez estaría buscando el respaldo de Monreal para no ir a dar a la cárcel y ya no para emprender un proyecto electoral.
Aunque está en duda que, en estos momentos, Monreal le pueda ayudar en lo más mínimo a sortear la crisis que enfrenta.
Cuando Héctor Sánchez conoció a Monreal lo solían llamar: “el contrapeso de la Presidencia de la República dentro de la 4T”.
Meses más tarde lo tildaron de: “el hombre terrible y brillante de la bancada morenista”.
A finales de 2022, se le empezó a ver como: “el rebelde de la 4T”.
Ahora, muchos le dicen. “el solitario del Senado”, porque se ha ido quedando solo. Está alejado de la Presidencia de la República, de la mayoría de los gobernadores morenista y hasta de los senadores que lo eligieron líder de la bancada de Morena.
Mal momento de Héctor Sánchez de ir a tocar la puerta de Monreal.
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