El Banco del Bienestar ha registrado límites de alarma por la morosidad que alcanzó su abultada cartera: ya pasó el límite del 35 por ciento, al que algunos analistas de Bloomberg no han regateado en pronosticarle un “Mini-Fobaproa” en progreso.
El banco señalado encontró una alternativa para irla llevando, por medio de los apoyos que por debajo de la mesa recibe desde la Secretaría de Hacienda, lo que explica sus cifras que cambian con toda extrañeza.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores informó con solemnidad el 19 de julio de este año, que la cartera vencida del banco había bajado del 35.46 por ciento al 3.94 por ciento, lo que lejos de tranquilizar a los expertos en finanzas, los hizo preguntarse si alguien podría tomar en serio esos indicadores.
Si un banco privado mostrara ese descenso, tendría inmediatamente en sus oficinas, a un pelotón de auditores de la autoridad hacendaria, revisando sus números. Aquí no es el caso.
La ocurrencia bancaria de López Obrador voló en pedazos por la combinación de tres factores: el primero data desde sus inicios hasta junio 2022, al otorgar créditos de hasta 50 mil pesos, pero la gente dejó de pagarlos porque no tiene ingresos para hacerlo.
El segundo, es la desastrosa gestión que ha tenido, no solo por ser manejado por gente que no tiene la menor experiencia en el tema, sino por la gigantización acelerada del banco, llegando al extremo de abrir sucursales literalmente, en medio de una carretera desierta.
Y el tercero, es el defecto que trae por diseño desde que López Obrador lo convirtió en Banco del Bienestar cuando antes era el BANSEFI, todo mundo sabe que el presidente inventó el proyecto para dispersar más allá lo imaginable.
López Obrador concibió un banco que dispersara la nómina de todos los empleados del gobierno federal, algo que no ha podido cumplirse. También pensó que todos los recursos clientelares del erario se darían por ese elefante blanco, desde “Jóvenes Construyendo el Futuro” hasta las “Pensiones Dignas”.
El inconveniente es que por dispersar millones de pesos no se puede esperar un gran negocio en automático y así ha sido. La banca comercial no gana dinero por la nómina domiciliada, sino por los préstamos y comisiones que cobra a millones de empleados.
En el caso del Banco del Bienestar, sus productos ni remotamente compiten con la banca comercial y ahí están las cifras del Banjército por ejemplo, que gozan de cabal salud pese a lo pequeño de su mercado. La razón es sencilla: el banco de los verdes olivo está dirigido por expertos.
Los créditos del Banco del Bienestar dispararon la morosidad en un 124 por ciento en junio 2022 respecto al mismo periodo del 2021. Para dar una idea de la gravedad, su Índice de Morosidad (Imor) alcanzó el triple que el de la banca comercial.
Después, una inyección subterránea de dinero le permitió seguir operando, pero es evidente que si el gobierno no le manda dinero no va a poder subsistir por si solo.
Aún, cuando se logre el sueño guajiro y absurdo de pasarle la nómina de los burócratas federales, con todo y 2 mil 700 sucursales, los gastos de operación se lo van a comer y así será no por malquerer a sus proyectos sino por sentido común.
Muy pocos se imaginan al Banco del Bienestar contratando a un despacho de cobranza para recuperar lo prestado. Tomando en cuenta que apenas el 40 por ciento de la población adulta en México tiene una cuenta bancaria y la quinta parte de todos los municipios de México no tienen ni cajero automático, la recuperación vendrá de otro lado.
Tal recuperación viene de una lógica hacia 2024.
Haciendo cuentas, López Obrador reparte dinero a unos 30 millones de mexicanos, por distintos programas. Ese nutrido ejército será orillado de alguna manera a votar por el personaje de Morena elegido para la candidatura presidencial.
El sentido común señala que el Banco del Bienestar podría migrar a ser un banco móvil, tanto por página web como por celular, vía APP. El motivo por el que no se ha hecho algo tan obvio es por la movilización clientelar que le permite tener sucursales físicas.
De esta manera, las 2 mil 700 sucursales serán claramente inviables desde cualquier óptica financiera, pero operarán como centros de persuasión electoral.
El tiempo lo confirmará, mientras se va cocinando un Fobaproa palaciego.
Y mientras tanto, Hacienda seguirá inyectándole dinero para lavarle la cara a un proyecto fallido, como el aeropuerto que en un mes tiene menos vuelos que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en un solo día.
De las anécdotas que se cuentan
Acción Nacional tiene ya candidato a la gubernatura para 2024.
Si alguien lo dudaba todos los grupos al interior del panismo confirmaron frente a su líder nacional, Marko Cortés, que el presidente municipal de Puebla es su gallo y no van a cambiar.
Los gritos de “Lalo, gobernador” retumbaron en Tres Marías y ante la sonrisa nerviosa de quien está más que perfilado porque es la carta fuerte del panismo.
Lo único que podría impedir su nominación, es que él no acepte y pida su reelección.
Hay que recordar este 4 de septiembre de 2022, como el destape formal de Eduardo Rivera a la gubernatura de Puebla.
La oposición ya tiene candidato.
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