Cierran filas liderazgos panistas para quedarse con la mayoría de las candidaturas de la alianza opositora
El pasado fin de semana hubo una reunión inusual entre 21 líderes y dirigentes del PAN poblano que tuvo como propósito central buscar la cohesión de todas las corrientes internas del albiazul en torno a un objetivo común: que en el proceso electoral de 2024, el Partido Acción Nacional se pueda quedar con las candidaturas de mayor pesos político en el estado de Puebla, incluidas la de la gubernatura y la alcaldía de la capital, que postularan de manera conjunta con el PRI y el PRD, como parte de la coalición opositora que habrá contra la 4T.
Un segundo propósito fue que, por encima de las diferencias que hay entre las corrientes internas del PAN, llegó el momento de que todos los panistas –que tienen peso ante la opinión pública– uniformen sus discursos para enfocar una fuerte y constante crítica contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y en general contra la 4T, para culparlos de la inseguridad, la carestía y la violencia, sobre todo la de género.
Además de acusar que con la reforma electoral propuesta por el presidente López Obrador se va a camino hacia “un régimen dictatorial”.
La reunión fue convocada formalmente por Augusta Valentina Díaz de Rivera, la presidente estatal del PAN, pero en realidad la idea fue del edil de la ciudad de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, quien con este encuentro demostró tener poder de convocatoria.
Se puede considerar un avance, dentro del PAN, que por primera vez estuvieran sentados en la misma mesa Augusta Valentina Díaz de Rivera y Marcos Castro Cruz, junto con Genoveva Huerta Villegas y Eduardo Alcántara Montiel, que representan a dos corrientes internas enfrentadas desde hace un lustro.
Y que también estuvieran los morenovallistas Roberto Grajales y Mario Riestra Piña, así como Oswaldo Jiménez López, que representa al grupo del exgobernador José Antonio Gali Fayad. Además de líderes históricos del albiazul como Francisco Fraile García, Ana Teresa Aranda Orozco y Humberto Aguilar Coronado, que junto con Eduardo Rivera son parte del Yunque.
Los grandes ausentes fueron los diputados locales Mónica Rodríguez Della Vecchia, Erika Patricia Valencia y Rafael Micalco Méndez, así como los ediles de San Pedro Cholula, Paola Angón Silva, y de Cuautlancingo, Filomeno Sarmiento Torres.
Otra ausencia notable fue la de Javier Lozano Alarcón, quien recientemente regresó al PAN y se autodenominó aspirante a candidato a gobernador de Puebla. Se dice, que algunos de los asistentes expusieron que el ex secretario del Trabajo en el gobierno calderonista no era bienvenido, por su nula identidad con el PAN y su carácter mercenario. Por eso habría sido excluido.
De los 21 asistentes, los únicos que tomaron la palabra fueron Eduardo Rivera, Valentina Díaz de Rivera, Humberto Aguilar Coronado, Genoveva Huerta Villegas, Guadalupe Leal y Francisco Fraile García.
Más allá de los acuerdos, el encuentro fue un primer paso en firme para del PAN para empezar a armar su estrategia electoral rumbo a los comicios de 2024, luego de que el partido se le había notado muy rezagado en la preparación para la siguiente contienda.
El “agandalle”
La primera versión que hubo de esta reunión, se dijo que había sido para discutir quienes son los aspirantes reales para contender por la candidatura a la gubernatura de Puebla y que se habían enlistados tres nombres: Eduardo Rivera Pérez, Ana Teresa Aranda y Genoveva Huerta. Eso no ocurrió.
Se dice que quien habría filtrado esa falsa versión fue el equipo de comunicación de Genoveva Huerta Villegas, la expresidente estatal del PAN, como parte de un esfuerzo de reposicionarse luego de haber perdido –el año pasado– el control del partido en una enconada contienda por la presidencia del mismo.
Lo que si se discutió, en la citada reunión, es que el proceso de selección de los próximos candidatos a cargos de elección popular el PAN debe de anteponer frente al PRI y el PRD, que son sus aliados, el peso político del albiazul y de esa manera quedarse con las principales postulaciones.
Es decir, que los candidatos a gobernador, así como ediles de la ciudad de Puebla, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, Atlixco, Tehuacán y San Martín Texmelucan, tienen que ser necesariamente miembros del PAN.
Incluso –se sugirió– se tiene que seguir la misma estrategia del PAN en el estado de México, en donde se apresuró a “destapar” a Enrique Vargas como el posible candidato a la gubernatura, ganándole terreno al PRI, que no logra perfilar a un aspirante fuerte para esa nominación.
En ese sentido, se comentó que seguramente surgirá un fuerte malestar en el PRI y el PRD si se logra dejarlos fuera de las principales candidaturas que estarán en juego en 2024. Que sus dirigentes no dudarán de acusar al PAN de cometer “un agandalle”.
Sin embargo, alguien comentó que el PRD y el PRI tendrán obligatoriamente que aceptar ese esquema ya que de lo contrario, no tienen ninguna posibilidad de ganar algo relevante en la contienda que habrá en un par de años.
Dicho de otra manera, ahora más que nunca el PRI y el PRD necesitan de la fuerza electoral del PAN para sobrevivir.
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