Ya regresó, pero nunca se fue.
Sería la descripción apropiada para comentar la llegada de César Alejandro Yáñez Centeno, como nuevo subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.
Yáñez seguía haciendo política desde un cargo alejado de los reflectores, como Coordinador General de Política y Gobierno de la Presidencia de la República.
A dicho cargo llegó como su reemplazo, el morelense Rabindranath Salazar Solorio, en lo que fue un claro enroque.
Salazar Solorio estuvo dos años como director del Banco del Bienestar y en 2020, fue nombrado subsecretario de Gobernación con Olga Sánchez Cordero y siguió unos meses con Adán Augusto López Hernández.
Fue justamente Adán Augusto quien dio posesión de sus nuevos cargos a ambos personajes de la 4T.
César Yáñez, quien reside en Puebla, seguirá en lo suyo, ya que en el cargo anterior se encargaba de un sinnúmero de temas con la administración pública federal, sólo que ahora, lo hará con epicentro en el Palacio de Covián, sede de Gobernación.
Algunos comentan que Yáñez regresa a un cargo visible porque en Bucareli intentan atender una cantidad tal de frentes abiertos en todo el país, y ya le perdonaron lo que algunos chairos llamaron sus “conductas burguesas”.
Por necesidad o convicción, pero el experto en comunicación más longevo en el equipo de Andrés Manuel López Obrador, regresa y anda nuevamente en lo suyo.
De las anécdotas que se cuentan
¿Qué va a inaugurar AMLO?
Ya repartieron las invitaciones para acudir a la refinería Olmeca o Dos Bocas y la cita es hoy, viernes 1 de julio.
La invitación señala la inauguración de la “Primera etapa constructiva”.
Poco a poco se ha ido confirmando lo que distintos reporteros hemos publicado desde hace meses: sólo van a inaugurar las oficinas y no podría ser de otra forma porque la refinería carece de una instalación que reciba el petróleo para alimentar al complejo.
Diciéndolo en forma sencilla, no tiene tuberías por las que corra el petróleo para refinar.
Con una inversión que por el momento ronda los 12 mil 500 millones de dólares y que se había presupuestado en 8 mil 900 millones, alcanzó para inaugurar áreas administrativas.
Quedará como ominoso telón de fondo lo ocurrido en octubre del año pasado, cuando a través de redes sociales se mencionó que al menos cinco mil trabajadores de la empresa ICA Flour dejaron las instalaciones de Dos Bocas, al exigir mejores condiciones de trabajo.
Los paristas representaban alrededor del 17 por ciento de la fuerza laboral en la obra.
Y por su inconformidad, fueron aplastados por contingentes de la Policía Estatal tabasqueña. Tales trabajadores estaban contratados por ICA Flour, parte del consorcio constructor de la Línea 12 del Metro, junto a Grupo Carso y Alstom.
Tal empresa está envuelta en el mar de sospechas de la tragedia de Olivos.
Ya se hizo lo propio con un aeropuerto, ahora con unas oficinas. Seguirá un tren que conduce a un ecocidio que ya tiene su propia historia de escándalos.
Y mientras tanto, el país se desangra con una violencia inaudita.
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