Matarlos de hambre

Se escucha la voz del presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno Cárdenas:

“Namás te voy a dar un dato. A los periodistas no hay que matarlos a balazos, papá, hay que matarlos de hambre, ya te lo dije”, se oye en la grabación.

El dirigente priista también exclamó que “yo siempre lo he dicho, el hijueputa que se pase de verga, una verguiza ¡Verguiza! ¡Salvaje!”.

Aunque ya anunció que demandará a la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, por dar a conocer los audios de su antecesor, ella señaló:

“Que terrible, que doloroso”, así calificó ella la fracción donde el priista habla de manera despectiva sobre los periodistas. En el programa “Martes del jaguar”, que transmite el Gobierno de Campeche, la gobernadora difundió un nuevo audio de Moreno Cárdenas.

“Namás te voy a dar un dato. A los periodistas no hay que matarlos a balazos, papá, hay que matarlos de hambre, ya te lo dije”, se oye.

Anteriormente Sansores había difundió otro audio en el que señaló que se escucha la voz del priista diciendo que la empresa Cinépolis entregó 25 millones de pesos al PRI para campañas electorales, pero que no fueron suficientes, tomando en cuenta la infraestructura de la empresa.

Cinépolis negó de manera rotunda las acusaciones y se dijo listo para cualquier requerimiento de las autoridades. Señaló que "la observancia de la ley es un pilar fundamental de nuestra cultura y actuamos, y seguiremos actuando, comprometidos con el cumplimiento estricto de la legislación aplicable".

"Conmigo, este gobierno autoritario y represor se topará con pared", respondió Moreno Cárdenas.

Después de que la gobernadora de Campeche revelara los audios, el presidente del PRI aclaró puntos ante los “intentos del Gobierno de Morena por crear división y confrontación entre la oposición, los medios de comunicación y la sociedad”.

Denunció que a través de Layda Sansores, el gobierno federal y Morena ha iniciado una campaña de desprestigio en su contra al publicar audios obtenidos de grabaciones de manera ilegal y las cuales, asegura, han sido editadas.

“Comenzaron publicando audios manipulados, les funcionaron muy poco. Ahora, como ya no tienen más voces que editar, optan por audios con voces falsas queriendo atribuirlas a mi persona”, escribió en un hilo a través de su cuenta de Twitter.

Agregó que, si los audios son verídicos, hubiera acudido a las autoridades correspondientes a presentar una denuncia.

El priista concluyó en que los enfrentará con la verdad y la justicia, por lo que acudirá a la Fiscalía General de la República para presentar una denuncia penal en contra de quienes estén promoviendo dichos audios y divulguen información falsa.

Quienes conocen al campechano aseguran que no son falsas las grabaciones, eso piensa y así se expresa. Seguramente pronto sabrá lo que los periodistas opinan de los políticos y en especial de los priistas, y como advierte Alito “no se la va a acabar”.

Las enseñanzas de Debanhi Escobar

La muerte de la regiomontana Debanhi Susana Escobar Bazaldúa no debe ser olvidada, no solamente por el reto que representa el esclarecimiento de su muerte, sino porque exhibe nítidamente las contradicciones de una sociedad que aplaude sin control al morbo y no identifica los límites para la lógica.

Desde que empezó la primera tormenta de tweets sobre su muerte, tanto la sociedad como los medios han manoseado las pistas, las huellas y hasta la intimidad de esa joven, señalando el peligro de la masificación irreverente de una tragedia.

Los medios pasaron a gran velocidad de ser transmisores de información a aprendices de criminólogos y criminalistas, enlodando el de por sí viciado proceso de investigación sobre su muerte.

Hay días en los que la prensa divulga grabaciones de cámaras de videovigilancia que demuestran una cosa y minutos después, demuestran otra. Expertos de ocasión se han volcado a explicar qué ocurrió con esa joven y en un tris, aparecen otros que contradicen a los primeros.

Pero el caso se enfanga a medida que pasan los días y los únicos que se benefician con ese lodo son los que dicen transmitir la información sobre lo que ocurre con la suerte de esa mujer, mientras su padre se deshace en impotencia y peticiones de respeto para su familia.

No es un tema de censura ni coartar la libertad de expresión.

El tema es abordar con respeto y profesionalismo la tragedia de una joven mujer, pero sin hacer pedazos su intimidad ni estorbar en la investigación que pueda decir lo que ocurrió en verdad, por más desencantadora ésta que pueda ser.

Hay verdades aburridas y mentiras que venden.

Hacer de la justicia un espectáculo no abona a la búsqueda de la verdad, sino a que ésta última termine en el lodo del amarillismo que solo vende y no investiga.

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