Aristóteles Belmont provocó el desaire de morenistas a Alejandro Armenta Mier
El vacío que sufrió este domingo el senador Alejandro Armenta Mier, cuando lo dejaron plantado casi dos terceras partes de los consejeros morenistas en el estado, fue consecuencia de varios factores. Entre ellos destaca que quedó exhibida la pobre capacidad de convocatoria que tiene el dirigente de Morena, Aristóteles Belmont Cortés, quien se hizo cargo de llenar el acto –para que el legislador rindiera un informe de su labor en el Congreso de la Unión– y al final fue ignorado, o mejor dicho ninguneado, por la mayoría de las corrientes internas del Partido de Regeneración Nacional.
Un segundo factor es que hubo un llamado a sabotear el informe legislativo de Armenta por todos los rivales que enfrenta en la lucha por la candidatura de Morena a gobernador de Puebla.
Más allá de buscar responsables por el fallido acto del senador, lo que quedó expuesto con lo ocurrido el fin de semana es que la fuerza política de Alejandro Armenta no radica en los cuadros Morena, del movimiento lopezobradorista, sino en los grupos del PRI y del PAN que se le han venido sumando en los cuatro años que lleva haciendo proselitismo a lo largo y ancho de la geografía poblana.
Una situación que debería prender “los focos rojos” en el equipo del senador, ya que queda año y medio para que se defina al candidato a la gubernatura y no logra afianzar un liderazgo dentro de la 4T, luego de 4 años de estar bregando para dejar atrás su pasado como dirigente del PRI y como actor principal del grupo político de “el gober precioso”, es decir de Mario Marín Torres, el ex gobernador que está preso en Quintana Roo.
La culpa la tiene Belmont
Aristóteles Belmont Cortés saltó intempestivamente –en septiembre de 2021– de la secretaría de Organización a ser dirigente estatal de Morena, mediante un proceso desaseado en el que no intervinieron los militantes de esta fuerza política y luego de un largo periodo en que la dirección de esta fuerza política estuvo en litigio, por una abusiva e ilegal remoción de Mario Bracamonte González como líder del partido, quien si tenía el respaldo de las bases de dicha agrupación.
Desde un inicio y hasta la fecha ha sido evidente que Belmont es un dirigente extraviado y sin la más mínima capacidad de liderazgo.
En los nueve meses que lleva al frente de Morena no ha tenido la capacidad de acercarse a los grupos y corrientes internas del partido para dialogar y tomar acuerdos para decidir el rumbo del partido. Entre muchos de los militantes de dicha fuerza política es un auténtico desconocido. No tiene comunicación con los afiliados de la organización partidista. Parece que no le interesa ejercer un liderazgo y únicamente se ha dedicado a ser un burócrata morenista.
Lo interesante de esta situación es que, Alejandro Armenta en su incapacidad de ganar espacios y simpatías entre los cuadros de Morena, ha querido encontrar en la figura de Aristóteles Belmont la entrada para ser aceptado por las fuerzas vivas morenistas.
Y por su parte Belmont Cortés, aunque asume en público una actitud institucional e imparcial, lo cierto es que se ha acercado mucho al proyecto de Armenta en la búsqueda de la candidatura a gobernador.
Una relación que nada le está aportando al esfuerzo del senador de convertirse en la figura central del proceso de sucesión gubernamental de 2024.
Prueba de ello, es que Aristóteles Belmont tenía la encomienda de acercar a Alejandro Armenta –en el evento del domingo— con la mayor parte de los 120 miembros del Consejo Estatal de Morena y al final, no llegó nadie. Un fracaso que apunta al dirigente del partido.
Al encuentro asistieron 47 de los 120 consejeros morenistas, con el detalle de que la mayoría de los que si acudieron son de la corriente de la ex edil de la ciudad de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, quien habría llamado a apoyar el acto de Armenta. Es decir, los poco que llegaron no fue por la intervención de Belmont.
¿Qué otro factor ocurrió? Simplemente hubo una revancha silenciosa de la corriente de Ignacio Mier Velasco, el actual coordinador de los diputados federales de Morena y uno de los aspirantes fuertes a la candidatura a gobernador de Puebla.
Días después de que no se aprobó la reforma eléctrica que el presidente Andrés Manuel López Obrador mandó al Congreso de la Unión, la reacción de Armenta, en público y en privado, fue culpar a Ignacio Mier de no lograr los consensos con la oposición para que se aceptara el proyecto legislativo en cuestión. Sintió que era la oportunidad de dañar la imagen pública del también político expriista.
Ahora, trascendió, que al parecer hubo una comunicación de Ignacio Mier con los consejeros de Morena que le son afines –y que antes eran del grupo que encabezaba Rodrigo Abdala Dartigues— para sugerirles que le hicieran un vacío a Armenta en su informe. Es lo que se dice en “radio pasillo”.
También se dice que otro político que estuvo muy activo en torno al informe de Armenta fue Eric Cotoñeto, quien influye en un número grande de consejeros de Morena y a quienes les habría pedido –sutilmente— de abstenerse de acudir al acto del senador. Y al parecer le hicieron caso.
Simplemente para Armenta hubo un fin de semana “mal y de malas”, como decía un viejo dirigente panista de Puebla.