El “maldito México”

Donald Trump, relajado en su narrativa, soltó en un mitin de apoyo para James David Vance, su candidato para reemplazar a Rob Portman en el Senado, en Ohio, el 23 de abril: “It would be an honor to have 28,000 soldiers on the border! It would be an honor to have ‘Stay in Damn Mexico’! We want to have ‘Stay in Mexico!’”.

Traducción: “Sería un honor tener 28 mil soldados en la frontera. Sería un honor tener el ‘Quédate en el Maldito México’, queremos tener el ‘Quédate en México ‘”.

Y Trump remató: “nunca he visto a nadie doblarse así”.

El expresidente amigo de Andrés Manuel López Obrador contaba una anécdota en ese mitin: “Vino a verme el máximo representante de México, justo debajo del puesto más alto, del jefe, que resulta ser el presidente, un tipo muy bueno, que me gusta mucho, es un socialista, pero me gusta, es uno de los socialistas que me gustan”.

Trump le dijo a ese funcionario: “Necesitamos 28 mil soldados en la frontera, gratis. Me miró y me dijo algo como: ‘¿Gratis?, ¿por qué haríamos eso?’, le contesté ‘Necesitamos algo llamado ‘Quédate en México’”.

Trump dice que el funcionario mexicano se negó, a lo que el magnate le respondió: “El lunes voy a poner 25% de aranceles”. Y así fue como el representante de López Obrador, “se dobló”, en palabras de Trump.

Y ese sería el nacimiento de “Quédate en México”, una de las acciones de gobierno más polémicas y desastrosas en lo que va del sexenio mexicano.

Ante el alarde del ex presidente Donald Trump de que "dobló" al gobierno mexicano en el tema migratorio, el canciller Marcelo Ebrard dijo que es un hombre en campaña agitando el antimexicanismo.

Sin hablar sobre el despliegue de más de 25 mil soldados para detener a migrantes, Ebrard defendió el patriotismo del presidente López Obrador ante las presiones de Trump y aseguró que no tienen de qué avergonzarse. Jamás negó la acusación hecha por el ex presidente de los Estados Unidos.

Cabe preguntar si el funcionario que acudió a Washington a entrevistarse con Trump y recibió las amenazas ¿habrá sido alguien que tiene sus oficinas en Tlatelolco?

Es pregunta sin aranceles.

De las anécdotas que se cuentan

El próximo 5 de Mayo, después de concluir su presencia por la Batalla de Puebla, el presidente Andrés Manuel López Obrador arrancará su gira a Centroamérica y el Caribe, por ello vale la pena tener en cuenta el siguiente apunte.

El 27 de marzo, el jefe del Ejecutivo Federal de El Salvador, Nayib Bukele, apoyado por el Congreso, puso en marcha el Estado de Excepción, por un mes, con posibilidades de aplicar otro tanto más si se considera pertinente.

Las medidas más relevantes son las siguientes:

1.-Amplía de 72 horas a 15 días el plazo de detención administrativa y permite a las autoridades intervenir la correspondencia y celulares de quienes consideren sospechosos.

2.-Por el solo hecho de pertenecer a una pandilla, se podría recibir una pena de 20 a 40 años de prisión, en el entendido que los dirigentes de estas podrían tener una pena de 40 a 45 años de cárcel.

3.-Lo que en México se llama “Operativo Mochila”, se practica en El Salvador, en todos los niveles escolares, pero las revisiones las hacen integrantes de las Fuerzas Armadas.

4.-Para los centros penitenciarios, Bukele ordenó que los pandilleros no salgan de sus celdas “sin poder ver ni un rayo del sol”, además de que les decomisaron las colchonetas para dormir y tendrán dos comidas al día.

El 30 de marzo, la Policía Nacional Civil informó que El Salvador había vivido su primer día sin homicidios, en décadas, el 29 de marzo.

Lo que ocurrió posteriormente, da material de sobra para pensar en los excesos y las preocupaciones legítimas, chocando de frente con la realidad. Juzgue usted.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se pronunció porque “El Salvador debe revertir urgentemente todas las medidas que pongan en riesgo la vida e integridad de las personas que están bajo custodia”.

Bukele respondió casi de inmediato en Twitter: “cuando los pandilleros asesinaron a decenas de personas inocentes, la CIDH no dijo NI UNA SOLA PALABRA. Pero no tardaron ni un día en condenar que nos pusimos más duros con ellos en las cárceles”.

Docenas de medios en todo el mundo han señalado a Bukele como un salvaje que ha rebasado todos los límites para alcanzar la autocracia. Para el tamaño de población de El Salvador, tener 70 homicidios al día es una tragedia, cifra que fue orillando a Bukele a emplear la excepción.

La realidad es que nadie sabe en este momento si la medida empleada por Bukele servirá en efecto y por cuanto tiempo, ayer decidieron ampliarla un periodo más. Es obvio que antes de decir si cometió un error o fue un éxito arriesgado, habrá que esperar.

Mientras tanto, en algunas oficinas de Palacio Nacional en México, analizan con particular interés lo que ocurre en aquella nación centroamericana.

“Transferencia de conocimiento”, le dicen.

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