El resultado de la consulta prende los “focos rojos” en la oposición poblana

Una idea que ha prevalecido desde el año pasado en la oposición de Puebla es que la unión del PRI, el PAN y el PRD, junto con otras agrupaciones pequeñas, le tiene asegurado el triunfo en la sucesión de la gubernatura, la mayoría del Congreso local y el ayuntamiento de la capital. Sin embargo, este fin de semana el resultado de la consulta de revocación de mandato demostró todo lo contrario, la 4T tiene el suficiente potencial para mantener el dominio del poder político en el estado y los números expresados en las urnas, tendría que estar prendiendo los “focos rojos” en los adversarios al movimiento lopezobradorista.

El domingo acudieron a las urnas en Puebla 925 mil 684 electores y de ellos, 840 mil 964 ciudadanos expresaron su apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Luego de que se conocieron esas cifras ha surgido una lectura equivocada de los resultados, principalmente entre los líderes de oposición, al sostener que los números que arrojó la consulta exhiben que la 4T ha perdido 604 mil votos en los últimos cuatro años, al comparar los sufragios de este domingo a favor de la continuidad del mandato del presidente de la República con el millón 445 mil 355 votos que López Obrador consiguió en 2018 en territorio poblano.

Lo cual vaticinan –dirigentes panistas y priistas– es una muestra de que habrá un desplome electoral en los comicios de 2024 del obradorismo poblano.
 

¿Por qué esta errada esa visión? En primer lugar, porque el domingo solamente se instaló –por parte de un saboteador Instituto Nacional Electoral (INE)—un tercio de las casillas que tradicionalmente se colocan en comicios constitucionales, lo cual desalentó la participación en por lo menos la mitad en las secciones electorales en donde se concentra mucha de la intención del voto lopezobradorista.

En segundo lugar, es normal que exista un desgaste y no se mantengan los números de la fuerza política en el poder en relación con la anterior contienda. No obstante, las simpatías electorales hacia la 4T no enfrentan el alto nivel de erosión que vivieron los gobiernos del PRI y el PAN a la mitad de los sexenios desde la gestión del expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León y hasta el mandato de Enrique Peña Nieto.

Y en tercer lugar: todo hace indicar que el volumen de votos que el fin de semana se expresó en respaldo a López Obrador, en 2024 necesariamente va a crecer de manera sustancial, cuando haya más casillas en los comicios, más efervescencia electoral y un llamado a dar continuidad al proyecto lopezobradorista.

Aún así, los 840 mil sufragios del ejercicio revocatorio es una cifra que está por encima de las marcas históricas de la oposición, del PRI y el PAN juntos, o separados.

Por arriba de todos

El parámetro más cercano son los comicios del año pasado, en que se renovaron alcaldías y el Congreso local. En esta contienda el PAN obtuvo 468 mil 351 votos y el PRI 379 mil 491 sufragios, que juntos dan la suma de 847 mil votos opositores a la 4T.

En un primer momento se podría suponer que prácticamente estarían empatadas las correlaciones de fuerzas políticas, la oposición con 847 mil electores a favor y la 4T con 840 mil ciudadanos de respaldo. Sin embargo, hay una diferencia muy fuerte, que es la siguiente:

Los números de la oposición del año pasado fueron resultado de convocar con todos sus recursos al llamado voto anti-AMLO, es decir “ya estiraron la liga” lo más pudieron.

En cambio, el movimiento lopezobradorista tiene muchos más electores que el domingo no salieron a las urnas por todas las trabas que impuso el INE para intentar hacer fracasar a la consulta de revocación de mandato. Se puede comentar que de este lado todavía “no se estira toda la liga”.

El máximo histórico de votos del PAN, ganados limpiamente, es la cifra que obtuvo el ex gobernador José Antonio Gali Fayad en la contienda de 2016 con 675 mil sufragios, que es un número alejado de los 840 mil votos de los electores pro-AMLO que se expresaron el domingo.

Muchos podrían argumentar que en 2010 y 2018 el morenovallismo logró ganar con mega-coaliciones que superaron el millón 100 mil votos. No obstante, es un secreto a voces que en ambas ocasiones se compararon miles de sufragios y otros tantos miles se inventaron. Ahora el PAN no tiene ni la organización ni el capital económico para repetir dichos fraudes electorales.

EL PRI tiene su resultado más alto en la contienda de 2010, pese a que en ese año perdió por primera vez la gubernatura, pues obtuvo 883 mil votos, que son 40 mil más que los sufragios de los obradoristas que participaron en la consulta.

Solamente que hay un pequeño gran detalle: el PRI tiene 12 años que perdió ese potencial y no se le ve cómo lo pueda recuperar. En la última contienda –de 2019– por la gubernatura de Puebla obtuvo 281 mil 874 sufragios, lo que le representó una pérdida de 601 mil votos. Dicho de otra manera, se quedó sin dos terceras partes de sus electores.

El año pasado el tricolor logró crecer 100 mil votos, pero aún así se queda a medio millón de sufragios de los electores obradoristas.

No cabe duda de que hay una tendencia favorable de la 4T sobre la oposición. Sin embargo, faltan dos años para la próxima contienda –en la que se renueva todo: la presidencia, senadores, diputados federales y locales, gobernador y alcaldes—y los errores que cometen las van a restar o sumar apoyos. Han entrado las fuerzas políticas en una fase de cultivar sufragios.