La comunidad libanesa se sube al proyecto presidencial de Marcelo Ebrard

La presencia del canciller Marcelo Ebrard Casaubón en la 54 comida anual del Club de Empresarios lanza un claro mensaje de que la cúpula empresarial de Puebla, junto con importantes sectores de la derecha, se quieren subir al proyecto de la sucesión presidencial de 2024, pero de la mano de la 4T, aunque ideológicamente estén alejado, confrontados, con el movimiento lopezobradorista.

Hace 20 días fue cuando se confirmó la presencia –este miércoles— de Ebrard en el encuentro en cuestión, mediante una gestión que hizo directamente Antonio Yitani Maccise, quien es el presidente del Club de Empresarios, junto con otros hombres de negocios que son de origen libanés.

Es la primera vez que esta comida, que es muy representativa para las familias que eternamente controlan los organismos empresariales de Puebla, se invita a un personaje de un gobierno de izquierda, que es antagónico del PRI y el PAN, que son las dos fuerzas políticas de acomodo e identidad con la derecha local.

A decir de un par de empresarios que ayer participaron en dicho evento, el discurso de Marcelo Ebrard estuvo “flojo”, desprovisto de un mensaje político relevante o definiciones sobre un proyecto de nación, o en torno a la relación gobierno-empresarios. Esas limitantes se sintieron que fue producto de la veda electoral dictada por el Instituto Nacional Electoral de cara a la Consulta de Revocación de Mandato. No obstante, se valoró como una reunión muy exitosa la comida de ayer.

Para varios de los organizadores y de los empresarios asistentes, el principal logró es que ya se estableció un puente de comunicación, de dialogo, con el equipo político de Ebrard, que ayer tuvo su rostro más visible en el exlegislador Juan Carlos Natale, quien fue dirigente del PVEM y ahora está integrado de lleno a las labores proselitistas del canciller, quien aspira a ser el candidato presidencial de Morena.

Hay dos visiones que están dominando entre varios de los empresarios de mayor poder político y económico en Puebla:

Primera: se percibe como una opción pobre, desprovista de arrastre electoral entre la población y sin líderes atractivos, la coalición Va por México, que reúnen en un solo bloque opositor al PRI, al PAN y al PRD, que son partidos articulados por los empresarios Claudio X. González y Gustavo de Hoyos.

Consideran que los 18 meses que faltan para arrancar el siguiente proceso electoral ya no da tiempo para construir una oposición robusta y con posibilidades de triunfo.

Segunda: sienten la necesidad de estar cerca de la 4T, por ser la fuerza política que camina, sin grandes obstáculos, a gobernar el país en el siguiente sexenio por la elevada popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En ese sentido, consideran que la puerta más accesible es la de Marcelo Ebrard Casaubón, a quien ven como un político moderado, a diferencia de Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, a la que perciben más de izquierda y distante del poder económico.

De variopinta asistencia

Fuera de una frase de Antonio Yitani que en su discurso hizo un llamado a los legisladores federales a “no bajarle el switch a la inversión privada”, en relación con el proyecto de reforma eléctrica del presidente López Obrador que discute el Congreso de la Unión, hubo exceso de cordialidad hacia Marcelo Ebrard, en un escenario que en otra época o circunstancia hubiera sido de mucha hostilidad para un integrante de un gobierno de izquierda.

Llamó la tención que entre los asistentes se encontraba Gilberto Marín Quintero, uno de los hombres más ricos de Puebla y que tiene negocios con Iberdrola, le empresa española que ha sido confrontada por el gobierno de López Obrador.

También que estuviera Emilio Baños, el rector de la UPAEP, quien en algún momento de manera afanosa le entregó una “ficha informativa” al canciller. O que se viera sonriente, relajado, al arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, quien es un prelado de corte doctrinal que no embona mucho en el mundo de los empresarios.

Ebrard se encargó de hacer notar su cercanía al empresario Julián Ventosa, el constructor de las torres JV y quien es afín a Enrique Doger Guerrero, el exedil de la ciudad de Puebla que se le percibe alejado del PRI e intentando subirse al tren de la 4T camino a la sucesión gubernamental, de los ámbitos estatal y federal.

En la comida hubo personajes que son de la oposición a la 4T, pero se mostraron atentos, sonrientes, al canciller. Como es el caso de la legisladora priista Blanca Alcalá Ruiz, el panista Alejandro Cañedo, José Ignacio Menéndez Priante que fue presidente del Consejo Agropecuario; Ignacio Alarcón, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, que se confronta mucho con el Poder Ejecutivo Estatal de corte morenista; o Blanca Lilia Ibarra, la presidenta del INAI, un órgano severamente cuestionado por el presidente de la República.

Todos esos signos y presencias son el mensaje de que el empresariado poblano quiere echar mano de su pragmatismo para no quedarse fuera de la sucesión presidencial que se avecina.

Por eso Yitani Maccise parafraseó al magnate Carlos Slim: se debe evitar la confrontación por motivos ideológicos entre las cámaras empresariales y el gobierno.

O dicho de otra manera: no hay que pelearse con los que tienen el control de la inversión pública.