Del “me informaron que estabas mal” (Barbosa) al “has trabajado bien, Miguel”, pasó el presidente Andrés Manuel López Obrador en su última visita a Puebla.
Su presencia en un acto privado en Casa Aguayo reviste importancia respecto al papel que juegan ya los gobernadores en el proyecto presidencial.
Luis Miguel Barbosa confirmó que en la plática privada le expuso a López Obrador la situación política y del Estado en general.
Eso significa que el mandatario federal tiene ya de primera mano lo que ocurre en la entidad, luego de tres años de basarse en dichos, comentarios y chismes que llegaban a Palacio Nacional sobre Puebla y su gobierno.
La relación no es de oídas, sino de acuerdos políticos, cuyos alcances está claro comenzarán a conocerse muy pronto.
En septiembre del 2020, Andrés Manuel expresó en su gira de trabajo:
“Celebro que esté muy bien de salud el gobernador Miguel Barbosa. Hace unos días me informaron que estaba mal, me preocupé, ya luego tuve un reporte de que gozaba de cabal salud el gobernador y ahora lo veo muy bien de salud, de ánimo, de semblante, pero sobre todo, muy lúcido”, precisó.
Dos años después subraya que Barbosa “ha trabajado muy bien”, en la coyuntura política que se avecina y particularmente la consulta de revocación de mandato que se efectuará este 10 de abril.
López Obrador confirmó que Barbosa es un operador de la Cuarta Transformación y responde al proyecto de él. Tuvo que saberlo después de que aquellos personajes que pululaban en Palacio Nacional corrían rumores y verdades a medias sobre el poblano.
Que AMLO hoy directamente reciba de Barbosa la información clave sobre Puebla marca una enorme diferencia sobre lo que viene.