El PRI se juega su última carta en la próxima alianza con el PAN y el PRD

De las tres fuerzas opositoras que decidieron sumarse a la coalición Va por Puebla, a 20 meses de que arranque la sucesión de 2024, fue el PRI el que más presionó y urgió a que ya se formara este bloque. La intención del tricolor no es exactamente estar pensado en ganar la gubernatura en un par de años, sino en realidad se está jugando su última carta para evitar entrar en la marginalidad electoral, pues desde ahora se observa que este instituto político camina directamente a caer en un nivel más profundo de la crisis que enfrenta desde hace 12 años.

Néstor Camarillo Medina, el presidente del PRI, se ha quedado solo y sin un proyecto para “revivir” electoralmente a este partido, que en los dos últimos procesos electorales –en 2019 y 2021—perdió dos terceras partes de sus votantes.

Ningún liderazgo, organización o facción priista lo están apoyando para evitar que el PRI siga transitando a una dramática derrota electoral, luego de que en 2021 se observó que el antipriismo se encuentra en los peores nivele de su historia. En poco más del 50 por ciento de los municipios del estado el tricolor no está ni como primera ni segunda opción para que la población vote.

De hecho, el PRI aparece en el primer lugar como el partido porque el que nunca votaría un sector mayoritario del electorado.

 

A eso se debe a que Néstor Camarillo sabedor de que no tiene recursos económicos, políticos, propagandísticos y de estructuras electorales, se ha adelantado a pactar una alianza total con el PAN y el PRD para que en 2024 no enfrente un mayor fracaso al registrado el año pasado.

Y es que en el tricolor todos los liderazgos, las organizaciones y los cuadros de militantes ya están muy activos, pero no en los menesteres del PRI, sino con los dos polos que van a confrontarse en la elección de 2024: el PAN y Morena.

Solo hay que revisar los siguientes datos:

La facción del exalcalde de la ciudad de Puebla, Enrique Doger Guerrero, junto con Javier Casique Zárate, quien antecedió a Camarillo en la dirigencia tricolor, están apostados al proyecto del coordinador de los diputados federales de Morena, Ignacio Mier Velazco, para que logre ser el candidato de la 4T a la gubernatura.

Lo que queda del grupo político del llamado “gober precioso”, Mario Marín Torres, actualmente preso en Quintana Roo, está unido a la campaña del senador Alejandro Armenta Mier para que sea el aspirante de Morena a la titularidad del Poder Ejecutivo estatal.

Humberto Aguilar Viveros, un importante líder del PRI en la región de Tepeaca, también está trabajando al lado de Armenta, junto con una numerosa lista de exalcaldes, ex diputados locales y federales del tricolor. Así como de ex dirigentes de las organizaciones y sectores de dicho partido político.

La corriente del exgobernador Melquiades Morales Flores se debate si apoya a Ignacio Mier o Alejandro Armenta. O a los dos por separado.

Muchos operadores políticos, los que siempre han movilizado la estructura electoral del PRI desde hace tres décadas, están anotados en el proyecto del alcalde de la ciudad de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, de ser el candidato del PAN a la titularidad del Poder Ejecutivo.

Blanca Alcalá Ruiz, ex edil de la ciudad de Puebla y exsenadora, y actualmente miembro de la dirigencia nacional del PRI y subcoordinadora parlamentaria del tricolor en San Lázaro, ha buscado afanosamente tender puentes de entendimiento con Eduardo Rivera Pérez y con Alejandro Armenta, por igual.

Jorge Estefan Chidiac, el priista más poderoso en el estado y coordinador del PRI en el Congreso local, ha definido que intentará postularse como el candidato priista a la gubernatura en 2024, como parte de una estrategia para al final negociar y asegurarse un lugar en el Senado de la República.

Leobardo Soto, el líder de la CTM, sigue la misma ruta de Blanca Alcalá: le guiñe un ojo por igual a Alejandro Armenta y Eduardo Rivera.

Juan Carlos Lastiri Quirós, el político priista con más poder durante el peñismo y ahora con una imagen devaluada, está tocando todas las puertas para entrar al proyecto electoral de Armenta.

Es larga, muy larga, la lista de priistas que buscan, desde ahora, subirse a los proyectos electorales del PAN o de Morena.

Por eso la apuesta de Néstor Camarillo para enfrentar el proceso de 2024 es sumarse a la popularidad del PAN y de esa manera, evitar que el PRI acabe hundido como la cuarta o quinta fuerza política en el estado.

Ese fue el propósito de la mega-coalición que ayer anunció un desesperado y abandonado Néstor Camarillo.