A Eduardo Rivera ya se le olvidó la promesa de revisar el contrato de Agua de Puebla
Uno de los 13 patrocinadores de la Carrera de la Mujer, realizada el domingo pasado y organizada por la Secretaría de Igualdad Sustantiva de Género del ayuntamiento de Puebla, fue Concesiones Integrales (CI). Tal situación exhibe que ya hay un arreglo entre esta compañía y el gobierno del edil Eduardo Rivera Pérez para dar un borrón a todos los abusos, anomalías e incumplimientos en que ha incurrido dicha empresa en detrimento de miles de ciudadanos que han sufrido –o siguen padeciendo—un servicio escaso de agua potable o de mala calidad, así como el cobro desmesurado de tarifas.
Tal situación plantea dos aspectos negativos del alcalde de la capital Eduardo Rivera Pérez: no tiene palabra para cumplir sus promesas de campaña y su gobierno, ha priorizado beneficiar al capital privado por encima de los derechos de los ciudadanos.
Durante una gira realizada este jueves en San Sebastián de Aparicio el gobernante panista, en tono molesto y despectivo, respondió: “no son enchiladas”, cuando le preguntaron sobre la posibilidad de retirar a CI el contrato de concesión del servicio de agua potable.
Más allá de que si es correcto o no el razonamiento del edil de que únicamente le compete al Poder Legislativo poder retirar la concesión del agua potable en la capital, es importante recordar lo siguiente:
Fue Eduardo Rivera, de propia voz el 11 de mayo de 2021 en la junta auxiliar de La Libertad, quien en su calidad de entonces candidato del PAN, el PRI y el PRD, expresó: “Vamos a revisar todo los servicios concesionados… o hacen un buen servicio o se van de la ciudad… incluida la concesión del agua”.
Él fue quien prometió revisar el funcionamiento de Concesiones Integrales y quitarle el contrato del manejo del agua potable. Por tanto, es una falta de ética que desconozca su propia propuesta y diga que “es un falso debate” que le quieren enmendar.
Efectivamente es “un falso debate” desde la perspectiva de que queda al descubierto que faltó a la verdad con la promesa de revisar el funcionamiento de CI, lo cual no se ha hecho, y que él –en mayo de 2011– pensaba diferente, sostenía que el ayuntamiento si podía contribuir a revertir la privatización del servicio de agua potable.
El cambio de actitud evidentemente demuestra que el edil no fue honesto en su ofrecimiento de revisar el funcionamiento de la empresa privatizadora del agua, que era solo un juego de palabras para ganar votos y deslindarse, en apariencia, de los abusos del morenovallismo, pues fue bajo la tutela del extinto ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas cuando se entregó con absoluta opacidad este servicio público a una empresa controlada por empresarios ligados al ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Pero también es un reflejo de que CI ha logrado negociar impunidad con el gobierno de Eduardo Rivera.
Tal vez el ayuntamiento no puede directamente quitarle a CI la concesión en cuestión, pero si puede recabar, documentar y clasificar todas las colonias que tienen un deficiente o escaso servicio de agua; así como de los miles de usuarios que les han cortado el suministro de liquido o el drenaje, por no poder pagar las excesivas tarifas que les cobran.
También puede el gobierno de la capital hacer un diagnóstico de que Concesiones Integrales no cumple con el saneamiento de las agua residuales y contribuye de manera contundente a la contaminación del río Atoyac.
Además de ponerse del lado de los ciudadanos para denunciar que CI comete un gigantesco fraude al cobrar a todos sus usuarios, de casas habitación, comercios e industrias, el servicio de saneamiento de las aguas residuales y resulta que ese procedimiento de limpieza no lo realiza. Es decir, la empresa hace un cobro indebido de cientos de millones de pesos.
Y con toda esa información, el ayuntamiento e Puebla puede hacer una solicitud formal al Congreso del estado de que analice y decida el futuro de CI y la privatización del agua potable.
Todo este panorama plantea varias interrogantes:
¿Qué hizo Concesiones Integrales para hacer cambiar al alcalde en su promesa de revisar todos los servicios públicos concesionados, entre ellos el del agua?
¿O ocaso desde un principio Eduardo Rivera faltó a la verdad de prometer auditar el funcionamiento de Concesiones Integrales, sabiendo de antemano que eso no iba a ocurrir?
Con el tiempo se sabrá que hubo de fondo.