Despidos, maltratos y desorden administrativo con el nuevo director del Colegio de Bachilleres

El Colegio de Bachilleres del estado de Puebla (Cobaep) lleva mes y medio con un encargado de despacho, en la figura de Arturo Rodríguez Ballinas, que en ese corto periodo ha provocado un clima de malestar y zozobra en dicha institución de educación media superior, por despedir a muchos trabajadores de un día para otro, dar mal trato al personal, provocar el extravío de información oficial y no pagar la última nómina en el día exacto a 2 mil 300 docentes y miembros del cuerpo administrativo.

Entre la primera y segunda semana de diciembre pasado fue cesado Santos Alfonso Serrano Méndez, como director general del Colegio de Bachilleres, en un acto de justicia por una larga lista de abusos que había provocado en el Cobaep, que incluía imponer un ambiente de privilegios por otorgar plazas laborales a parientes de sus colaboradores e intentar obligar los trabajadores del colegio a afiliarse –mediante amenazas de despidos—a Morena.

Por esa razón a mediados del último mes de 2021 se nombró encargado de despacho a Arturo Rodríguez, un funcionario de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que era responsable del área de transparencia de la dependencia.

Muchos supusieron que por ser un funcionario de las oficinas centrales de la SEP tendría un buen manejo institucional del Cobaep, lo que acabó ocurriendo al revés, ya que este funcionario hace evidente que desconoce todo lo relativo a los derechos de los trabajadores y los límites que deben tener los directivos. Nadie le ha explicado que ser funcionario de primer nivel no le da licencias para sobajar al personal administrativo.

La principal carencia de Rodríguez Ballinas es que no se involucra en la dinámica de trabajo del colegio. Desde que lo designaron, únicamente acude un par de días a la sede estatal del Cobaep y todo lo delega en un grupo de colaboradores, que ignoran el funcionamiento de la institución.

Para muestra solo basta narrar lo siguiente:

Para sorpresa de propios y extraños, en los 36 planteles del Cobaep hubo guardias de trabajadores sindicalizados los días 24 y 31 de diciembre. Es decir, se obligó a la gente a presentarse a los edificios a no hacer nada en los días festivos que son los menos laborales del año, no solo en Puebla y México, sino en el mundo.

Nadie entendió y nadie explicó para qué hacer guardias en escuelas en que no hay alumnos, maestros, actividades de ninguna índole y se tienen conserjes que se hacen cargo del mantenimiento.

Y que esas guardias ahora se quieren imponer hasta los domingos. Como si alguien se fuera robar un edificio.

Todos los días 6 de enero, desde hace 40 años, siempre han estado marcados como festivos para el personal de base. Ahora en este año, por órdenes del director se ordenó que se debía laborar, pero sin que se pagara a los afectados. Tal parece que el funcionario ignora que, si quiere hacer un cambio de esa naturaleza, primero lo debe acordar con la representación gremial del colegio.

Un hecho grave es que el director general provisional empezó a despedir a mucha gente. Tan solo en un día, se dio de baja a 50 funcionarios de las oficinas centrales.

Se justificó esa acción bajo la idea de que se estaba haciendo “una limpia” de los colaboradores de Santos Alfonso Serrano Méndez, el anterior director.

Efectivamente algunos de los rescindidos habían llegado de la mano de Serrano Méndez. Pero la mayoría eran ajenos al ex directivo. En algunos casos eran malos trabajadores. En otros casos, se echó a gente muy experimentada en el manejo administrativo del Cobaep.

Lo que no previó Arturo Rodríguez Ballinas que despedir a tanta gente de un solo golpe, sin estudiar qué papel desempeñaban en el colegio, llevó a dos situaciones:

Como no hubo dialogo, explicación, justificación, una argumentación básica, para despedir a muchos de los rescindidos, éstos decidieron borrar toda la información que tenían a su cargo, como una forma de revancha. El material eliminado son bases de datos que se elaboraron a lo largo de meses y años de trabajo, y de la que al parecer no se tenía un respaldo.

Mucho creen que una consecuencia de esos despidos es que la última nómina no estuvo a tiempo.

Siempre que la quincena cae en domingo, tal como ocurrió el pasado fin de semana, se paga la nómina el viernes anterior.

Así se pagó a todo el personal de la Secretaría de Educación Pública, menos a los que laboran en el Colegio de Bachilleres.

El pago se produjo hasta el lunes 31 de enero. Nadie ofreció una explicación o justificación, de porque no se liquidó los salarios el viernes. En los 40 años de vida del Colegio de Bachilleres nunca había ocurrido ese atraso.

El clamor es que ya nombren a un director que tenga el interés mínimo de que marche bien el ambiente laboral del Colegio de Bachilleres y se entere, de cuáles son las reglas que debe respetar y acatar.