Un pervertido patiño en el PRI

La recién estrenada presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI, Delfina Pozos comenzó con el pie izquierdo su actuación frente a medios en el edificio de ese partido en la 5 Poniente, en el Centro Histórico.

 Y nada tiene que ver que al momento de su conferencia de prensa haya sucedido casi en paralelo a la bochornosa actuación del senador, Alejandro Moreno Cárdenas al agredir físicamente al saliente presidente del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, solo para confirmar la condición vulgar de quien además es dirigente de ese partido. No.

En esta ocasión tiene que ver más con los derechos de las infancias y la reserva que tutela la ley respecto de un niño que fue violentado dentro del edificio del PRI, sin que ninguno de los asistentes hayan tenido un gesto de empatía con la madre del menor vulnerado.

Convidados de palo, por cobardía o porque desconocen del dolor de una madre agraviada, lo que haya sido, nadie fue capaz siquiera de un gesto de apoyo, pero si de un silencio cómplice.

La reportera de esta casa editorial Guadalupe Guarneros posee testimonio gráfico del momento en que Gregorio Patiño, un sedicente fotógrafo que hace las veces de “oreja” al servicio de algún personaje de dudosa reputación u oficina gubernamental que aún echa mano de ese tipo de herramientas para hacerse de información como si fueran policías chinos de la década de los ‘80s: misteriosos y pendejos.

Debe ignorar Patiño que al tomar fotografías del niño sin consentimiento de la madre incurría en delito grave; a saber: violación a la intimidad o pornografía infantil. En cualquiera de las dos hipótesis, tendría que ser la Fiscalía General del Estado o alguna servidora pública que tome cartas en el asunto porque se trata de un violentador, o depredador el que anda suelto.  

No solo eso, sino que además habría cometido violencia en razón de género en contra de la madre del menor. Al ser encarado respondió a la indignada madre con un “ya, ya, mamacita” y simuló aventarle besos.

La presidenta del PRI ha sido una decidida defensora de la causa femenina, pero en esta no ha suficiente, un machín de la peor calaña se le coló.

El personal que la acompaña a partir de la encomienda que recibió de su partido debía reservarse el derecho de admisión para evitar escenas como la que se produjo esta tarde de miércoles en la que una conducta delictiva y patriarcal como la de este Patiño hayan borrado el mensaje que buscó poner en la agenda pública.

Peor aún: nadie en su sano juicio quesera que se cometiera un acto delictivo que vulnera derechos de niñas y niños en sus edificios, oficinas o actos partidistas. La imagen del exlíder del PRI en la capital del país como Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torres, acusado de operar una red de prostitución y preso, flota aún en el imaginario.

Los servicios de “oreja” que el cobarde Goyo Patiño ofrece en lo que queda de la CTM de Leobardo Soto en cualquiera de esos organismos que antes se consideraban las “fuerzas vivas” de lo que fue el partidazo deberían ser valorados en su justa dimensión. Nadie quiere a un pervertido fisgón de menores entre sus activos.

 

@FerMaldonadoMX

 
clh