Fredy Erazo se dedica a pecar y propagar la palabra de Dios en el TSJ

Ya es de sobra conocido que el magistrado Fredy Erazo Juárez camina en la ruta de convertirse en el próximo presidente del Consejo de la Judicatura de Puebla, que es el máximo cargo del Poder Judicial (PJ). También que dedica todo su tiempo oficial en promoverse para llegar a la cúpula del aparato de la administración de la justicia. Lo que es nuevo en su desempeño público es que, en semanas recientes, ha adoptado un discurso religioso y en todos lados reparte oraciones, bendiciones e invitaciones a que los funcionarios y trabajadores del PJ caminen en la senda de Dios.

Una actitud que algunos incomoda y a otros gusta. Unos creen en su imagen de hombre de religión y otro lo ven como un demagogo.

Lo grave es que como todo mundo sabe que es “el consentido” del gobernador Alejandro Armenta Mier, nadie se atreve a reconvenirlo y exigirle que deje de violar el artículo 24 de la Constitución en donde se estable que México es una república laica y que se prohíbe que, desde el Estado Mexicano, se promuevan leyes o comportamientos a favor o en contra de algún culto religioso.

Una conducta que es muy grave, porque el trabajo central de Fredy Erazo, en su papel de magistrado, es cuidar el orden constitucional en las sentencias que emite el Poder Judicial poblano. Y resulta que es lo primero que no hace, pues su comportamiento es contrario a lo que marca la carta magna del país.

Algunos ya empiezan a apodar a Fredy Erazo “el mesías”, porque se la pasa recorriendo los juzgados, las oficinas y todo tipo de instalaciones del Poder Judicial. Al lugar que va, se pone a citar frases bíblicas, a pedir que todos actúen con “humildad cristiana”, que sigan el ejemplo de Jesucristo como un personaje que luchaba a favor de la justicia.

Pero también hay quienes ya lo llaman el “falso mesías”, porque su bonhomía solo la muestra en público, cuando otorga entrevistas, promueve sus libros o charla en reuniones con más de 10 integrantes del Poder Judicial. Cuando no está en ese escenario, le aflora su personalidad de “pecador”, si uno se atiene a los términos religiosos que tanto le gustan usar al magistrado Erazo Juárez.

Resulta que como ya se siente que va a estar a la cabeza del PJ, se dice que ha empezado a otorgar “concesiones”, “favores”, a los grupos políticos internos del Poder Judicial.

Una manera de cumplir “compromisos”, es que despidió a la mayoría de los trabajadores que estaban en su sala, para dar entrada a nuevo personal.

Ahí es dónde se ha olvidado de la “humildad” y la “justicia de Dios”, ya que no le importó dejar sin empleo a servidores públicos que llevaban muchos años cumpliendo con las altas cargas laborales que implica desempeñarse en el Tribunal Superior de Justicia.

Entre esos cambios, incorporó como “su brazo derecho” a la exjuez Teresa Osorio Márquez, quien –como ya se comentó en columnas anteriores— es una mujer con un amplio conocimiento de los entretelones del PJ. Pero también dejó un “amargo sabor de boca” cando fue consejera del Poder Judicial, pues se dice que presionaba mucho a los jueces para obtener sentencias favorables a sus intereses particulares.

Lo que ha molestado a muchos funcionarios de Ciudad Judicial es que Teresa Osorio gana una pensión mensual de alrededor de 50 mil pesos y ahora, que está de regreso bajo otro régimen de contratación, se especula que tendrá un segundo salario de unos 35 mil pesos mensuales.

Eso significa que mientras hay funcionarios judiciales que sacan adelante el trabajo jurídico de los magistrados a cambio de salarios que van de los 25 a los 35 mil pesos al mes, la ex jueza Teresa Osorio estaría ganando más de 80 mil pesos. Todo por la decisión “generosa” del magistrado Fredy Erazo.

Todo lo que está pasando en torno al magistrado Fredy Erazo Juárez “ya huele muy mal”.

Cuando en diciembre pasado, sin tener cerrera judicial, dio un salto diametral de pasar de ser un activista político a magistrado del Tribunal Superior de Justicia, se creó la idea de que su incorporación en esa responsabilidad era un intento de reformar al poder público más desprestigiado que hay en México y en Puebla.

Se creía que Erazo era la alternativa para combatir la corrupción e ineficacia que caracterizan al Poder Judicial.

Con el paso de las semanas lo que se ha observado es que al político armentista lo único que le interesa es controlar el aparato de justicia y no tiene ningún interés de reformar el PJ.

Una situación que acabará dañando políticamente al gobernador Alejandro Armenta Mier, por una razón elemental: si el Poder Judicial no funciona bien, la estrategia de seguridad pública del gobierno del estado será un fracaso.

Seguirá ocurriendo la misma dinámica de los últimos años, que por un lado las policías, por otro la Fiscalía General del Estado, detienen delincuentes peligrosos, lo presumen ante la opinión pública y lo agregan a las estadísticas de resultados positivos, y por el otro lado, en el Poder Judicial se libera a los criminales.

Por eso el crimen organizado no le tiene miedo a las instituciones públicas.

 

clh