El pleito que cimbró a la Secretaría de Movilidad y Transporte

Cuentan que en las últimas semanas se ha vivido un ambiente de tensión, de tirantez, en la Secretaría de Movilidad y Transportes (SMT) por un fuerte pleito, una disputa, que ha surgido entre los dos principales funcionarios de esta dependencia. El conflicto es producto de que uno de ellos tocó los intereses que un importante político tiene en las concesiones de vehículos de pasajeros de la región de Tehuacán.

El altercado surgió entre Omar Álvarez Arronte, el titular de la SMT, y José Hugo Cruz Cruz, quien es subsecretario de Transportes y Vías de Comunicación en esa dependencia. Es decir, son los dos funcionarios sobre los que descansa el control del sector de Movilidad del gobierno del estado.

Ambos llegaron a esos cargos apenas hace ocho meses y la relación entre ellos se ha vuelto complicada. Se toleran, pero no existe mucha cordialidad y mutua colaboración. Y esa situación ha provocado una división entre todos los funcionarios de la SMT.

Se dice que todo inició porque José Hugo Cruz ha mostrado un comportamiento de “mano dura” con el transporte público, como resultado del fuerte malestar ciudadano que hay contra este servicio y sobre todo, porque los anteriores titulares de la SMT, Guillermo Aréchiga Santamaría y Elsa Bracamontes, fueron un fiasco en poner orden entre los concesionarios.

Desde mediados de este año los dueños de los vehículos del transporte público empezaron a protestar por los constantes operativos para detectar a unidades que no están en regla en sus documentos o en el manejo de la concesión. Pese a la presión en su contra, el subsecretario continuó con esa labor, tal como corresponde a su función.

Hace tres semanas, narran los enterados, se realizó una revisión de rutina en la ciudad de Tehuacán y sus alrededores, lo que permitió detectar varias camionetas y microbuses dedicadas al traslado de pasajeros que no cumplían con la norma, por lo que se les sancionó, a unos, y a otros se les detuvo el automotor.

Resulta que algunos de esos automotores serían propiedad de un importante ex funcionario del área de Gobernación estatal.

El afectado, como era de esperarse, habría recurrido a Omar Álvarez Arronte para exigir que se frenaran las sanciones.

Y cuando Álvarez Arronte quiso amonestar al subsecretario Cruz Cruz por esta situación, surgió una fuerte discusión entre ambos.

Algunos de los que conocieron de ese enfrentamiento a gritos, no dudan en calificar que fue una “pelea épica”. Por eso lo ocurrido corrió como reguero de pólvora entre los transportistas y funcionarios de la SMT.

Sobre todo, porque Omar Álvarez Arronte se quiso imponer y al calor de la discusión, destituyó y despidió a José Hugo Cruz Cruz como subsecretario.

Le pidió que se marchara en ese mismo momento de las instalaciones de la SMT ubicadas en la colonia La Paz, de la ciudad de Puebla. Eso se dice en “radio pasillo” de esa dependencia oficial.

Lugo de que acabó la “épica pelea”, José Hugo Cruz Cruz dejó de acudir durante dos días a sus oficinas.

Mucho creyeron que había cobrado efecto el despido que, en medio de denuestos, ordenó Álvarez Arronte.

Para sorpresa de propios y extraños, el subsecretario se volvió a presentar a laborar de manera normal.

El comentario generalizado en la SMT es que a Omar Álvarez se le olvidó un pequeño gran detalle: él no nombró a José Hugo Cruz Cruz como subsecretario, sino fue una designación que se ordenó directamente desde la cúpula del Poder Ejecutivo estatal.

Y por tanto, se tuvo que “tragar sus palabras” y hacer las paces con el subsecretario.

Aunque aparentan que ya se zanjó el problema entre ellos, varios trabajadores de la SMT dicen que el encono entre ambos no se ha borrado. Como buenos políticos fingen que superaron sus diferencias.

Lo cierto es que se puede afirmar: Omar Álvarez ya se había tardado en pelearse, en entrar en conflicto.

Para nadie es desconocido el carácter irascible del titular de la SMT.

Tiene en su haber un larga, muy larga, lista de pleitos con otros políticos.

Algunos ejemplos:

Primero era amigo entrañable de Mario Marín Torres, cuando éste era funcionario del área de Gobernación estatal. Un día discutieron en medio de una comida y se despertó un odio entre ambos, que no ocultaban y cada vez que podían, lo hacían público.

Omar Álvarez Arronte fue el segundo secretario de Seguridad Pública en el gobierno de José Enrique Doger Guerrero, cuando este último fue alcalde de la ciudad de Puebla, entre los años de 2005 y 2008.

Álvarez Arronte rompió con Doger y renunció al ayuntamiento de la capital. Cada vez que podía, frente a la prensa, lanzaba múltiples insultos contra el alcalde, incluso algunos de ellos con connotación sexual.

Dos veces fue director del Colegio de Bachilleres de Puebla. Se destacó porque en la primera gestión tenía de director de Administración a Mario Rincón, era su “mano derecha”, aparte de presumir ante todo mundo su amistad. Un día se pelearon y casi terminaron a los golpes.

Cuando Mario Marín era gobernador de Puebla, se frenó la enemistad con Álvarez Arronte y por segunda vez, lo nombró director del Colegio de Bachilleres. Le dio ese cargo por una razón de peso: los dos odiaban a Enrique Doger y llevarlo a ese puesto era para molestar al entonces edil de la ciudad de Puebla.