Secretario de Finanzas del SNTE 51 quiere ganar la elección usando a maestros de otros sindicatos
Un primer “foco rojo” se ha prendido rumbo a la próxima elección –del 21 de marzo—de la nueva dirigencia de la sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que es el intento de que voten maestros y personal administrativo que pertenecen a otras organizaciones gremiales, principalmente el Setep, que es una agrupación que surgió como la principal disidencia del SNTE en los años 80. Una maniobra con claros tintes de fraude electoral.
Hacia el interior del SNTE se ha podido identificar que esa estrategia provendría del grupo político encabezado por Felipe Neri Morán Álvarez, quien es el secretario de Finanzas de la sección 51 del sindicato magisterial y está buscando, por tercera vez, ganar la secretaría general de la agrupación magisterial.
Faltando un poco más de 5 semanas para que se realicen los comicios magisteriales, en que por primera vez votaran los maestros para elegir a sus dirigentes, la contienda se ha polarizado entre los aspirantes Alfredo Palacios Gómez y Felipe Neri Morán, pese a que existe la posibilidad de que se acaben registrando media docena de candidatos a la secretaría general.
Luego de una larga espera de dos años, ya se instaló en Puebla el Comité Electoral del SNTE que conducirá la contienda y uno de los aspectos fundamentales, será la depuración del padrón electoral, para evitar que sufrague personal docente que no pertenece a la organización gremial. Un proceso que ya arrancó.
No obstante que se tiene esa vigilancia, se sabe que la efervescencia de la lucha electoral del SNTE se ha extendido a otras organizaciones del gremio de maestros, entre ellos el Setep, en donde maestros de esas agrupaciones están promoviendo, por lo menos, a uno de los aspirantes a la secretaría general: Felipe Neri Morán.
Felipe Neri Morán lleva dos años en campaña por la secretaría general del SNTE, a la par de Dinora García Hernández, quien es la secretaria del Fondo de Ahorro del sindicato.
Entre los profesores no hay nada que más lastime que percibir a maestros que han pasado por el Comité Ejecutivo Seccional del SNTE y su condición económica personal deje de ser de clase media, sobre todo cuando los salarios del grueso de los docentes están muy castigados y de todos es sabido, que el surgimiento de fortunas son producto de la corrupción y el abuso de las cuotas sindicales.
En el caso de Felipe Neri Morán Álvarez inició sus labores de proselitismo con mucha anticipación, aprovechando las ventajas que le ha dado ser el secretario de Finanzas.
Tradicionalmente en el SNTE siempre se destina una cantidad de dinero que se da a cada representante delegacional para que se realicen reuniones sindicales o convivios con los maestros que representan.
Morán Álvarez –cuentan los conocedores del tema—canalizó esa ayuda entregándola como un pago personal a los jefes de delegaciones, diciéndoles que era para gastarlo en sus necesidades individuales, pero al mismo tiempo –se dice—que los condicionaba a ser parte de su estructura electoral.
En su momento presumía que tenía a 300 jefes delegacionales –que era la mitad de la estructura orgánica del SNTE– en la bolsa y que además, tenía el apoyo de la organización Antorcha Campesina, lo que le daba una ventaja superior al resto de los aspirantes a la secretaría general.
Por momentos, hace un par de años, parecía que efectivamente el secretario de Finanzas era el candidato a vencer en el proceso de renovación del SNTE. Sin embargo, cometió dos graves errores:
El primero: el año pasado empezó a organizar reuniones sindicales para promoverse en las que había abundante comida y refrescos, así como algunos regalos. Pero lo que más llamaba la atención es que también circulaba mucho alcohol y algunos encuentros acaban en parrandas magisteriales.
Esa situación empezó a generar mucho enojo en las bases magisteriales por algo elemental: todo mundo cuestiona el enorme tasto que implica comprar alimentos, regalos y bebidas alcohólicas. Una actividad que no se puede sostener con el salario de un maestro o con cooperaciones de sus seguidores.
El segundo error: Felipe Neri Morán no calculó que antes de que se eligiera a la nueva dirigencia gremial, el sindicato convocó a una renovación de los delegados sindicales. Y en ese proceso electoral, de tener unos 300 seguidores, su grupo político apenas pudo ganar unos 100 integrantes de la estructura de la organización.
Ese desplome en mucho se debió al fuerte malestar por su campaña electoral onerosa y por traer de la mano a Antorcha Campesina, que es una agrupación que genera mucho malestar en amplios sectores de los maestros de educación pública.
Por eso ahora, cuando ya falta muy poco para la elección, la campaña de Felipe Neri Morán está tocando las puertas de otros sindicatos, porque en el SNTE parecería que se le está escapando de las manos la cuarta oportunidad de ganar.
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