Aunque Adán Augusto pide unidad, todo mundo sabe que trabaja a favor de Mier

Aunque en la lectura general –en los espacios de opinión pública— se vio como positivo el llamado que Adán Augusto López Hernández hizo a la unidad y civilidad en el proceso de selección del candidato de Morena a la gubernatura –en la gira que realizó el viernes a la capital–, en realidad su papel es el proceso de la sucesión en Puebla es negativo y obscuro, porque el secretario de Gobernación está buscando, a como dé lugar, que el abanderado de la 4T tiene que ser necesariamente el coordinador de los diputados federales morenistas, Ignacio Mier Velazco.

No se trata de tomar partido por algunos de los dos principales aspirantes por la nominación, los primos expriistas Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco, sino lo que se cuestiona es que no es una función del secretario de Gobernación el intervenir en la designación de un candidato a un cargo de elección popular y sobre todo, sembrar la falta de equidad y juego limpio en el camino de la elección del contendiente de la 4T en Puebla.

El papel principal de López Hernández debe ser garantizar la gobernabilidad y el estado de derecho en el país. El atender la relación de gobernadores, legisladores y actores sociales con la Presidencia de la República. Él no es no es un dirigente partidista como para irrumpir en la vida interna de una fuerza política, aunque sea a la que él pertenece. Por eso es reprobable que esté “metiendo las narices” en la sucesión del estado.

Sobre todo, cuando se ha empezado a saber que una vía que estaría utilizando el equipo proselitista de Ignacio Mier, para hacer crecer las adhesiones a su favor, sería amenazar a líderes de grupos políticos y gremiales de que, si no se suman ahora al proyecto del legislador, se van a quedar fuera de toda gestión que quieran hacer en el próximo gobierno estatal en caso de que el actual coordinador parlamentario gane la titularidad del Poder Ejecutivo.

También ha trascendido que en el gobierno federal ya se tiene conocimiento de la inadecuada intervención de López Hernández en la sucesión de Puebla, situación que no ha gustado.

Tal vez a eso se debió a que el viernes por la noche, cuando el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob) se preparaba para tener un encuentro privado con el grupo político de Ignacio Mier –luego de reunirse a lo largo del día con la prensa, empresarios locales, militantes de Morena y el gobernador Sergio Salomón Céspedes– recibió un llamado al parecer de Palacio Nacional para pedirle que estuviera en la Ciudad de México lo antes posible, lo cual lo llevó a interrumpir su periplo por la capital poblana y regresar a la capital.

Al otro día, se generó una sorpresiva reunión en el Palacio de Cobián que es la sede de la Segob federal, con la mayoría de los gobernadores de Morena, la cual estuvo encabezada por Mario Delgado, el presidente nacional del partido guinda, para hacer un llamado a que en la sucesión presidencial y en los estados haya “piso parejo” y los mandatarios no busquen favorecer o excluir a los aspirantes de la 4T a los cargos importantes que habrán de definirse en 2024.

Es decir, se pidió equidad y apertura para todos los aspirantes que, desde la 4T, buscan ser el próximo presidente de México o mandatarios en sus respectivos estados.

El llamado fue dado a conocer por Mario Delgado y Citlalli Hernández, la secretaria general de Morena. No lo hizo el secretario de Gobernación, de acuerdo con las crónicas periodísticas.

Lo que entonces hace suponer que el llamado de atención habría sido en general para todos los gobernadores ahí presentes y para el propio titular de la Segob, que anda interviniendo indebidamente en la “grilla poblana”.

Tal advertencia que se hizo desde el Palacio de Cobián, sin duda, es oportuna y necesaria por las luchas intestinas que se están librando hacia el interior del universo de la 4T por los puestos de poder que estarán en disputa en un par de años.

Entre esas luchas no se debe descartar que el sabotaje contra el funcionamiento del Metro de la Ciudad de México –que se ha vivido en las dos últimas semanas– no necesariamente provienen de las fuerzas conservadoras, sino podrían originarse al interior de la 4T por parte de los grupos que no les conviene que la abanderada presidencial sea Claudia Sheinbaum Pardo, la jefa de Gobierno de la capital, que es la rival a vencer dentro y fuera de Morena.

Tres lecturas sobre la visita del titular de Segob

Más allá del incorrecto papel que Adán Augusto López Hernández tuvo en el tema de la selección del candidato morenista a la gubernatura, hay tres lecturas interesantes que se desprenden de su gira a la ciudad de Puebla del viernes pasado:

Primera: la intervención del secretario de Gobernación en el tema de quién debe ser el candidato, es reflejo de que Mario Delgado no sabe agarrar bien las riendas de Morena. Una prueba de ello es su ausencia total en Puebla, pese a que el próximo proceso electoral ya está muy cerca, si se toma en cuenta que en 5 meses inicia la ruta de selección del abanderado a la gubernatura.

Y también que la dirigente local de Morena, Olga Lucia Romero Garci Crespo es “un cero a la izquierda”. Es una mujer insegura y carente de todo liderazgo que se dedica perderse en las intrigas del partido, en lugar de estar fijando limites y consensos sobre el proceso de selección de candidatos de la 4T.

Quienes tenían que haber hecho el llamado a la unidad y la equidad dentro de Morena, además de levantarle la mano a Ignacio Mier y Alejandro Armenta, en su calidad de aspirantes a la gubernatura, tal como lo hizo Adán Augusto López Hernández –el viernes– durante el foro Diálogos Ciudadanos, tenían que ser Mario Delgado u Olga Lucía Romero, pero ambos están ausentes del caso Puebla.

Segunda: la incorporación del senador Alejandro Armenta Mier –de última hora y por una invitación personal del titular de Segob— al foro de Diálogos Ciudadanos, muestra que por ahora es el aspirante de Morena mejor posicionado y que haberlo excluido, como se pretendió en un principio, hubiera provocado un fuerte conflicto político.

Tercera: el grupo político del extinto exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta quedó borrado del tema de la sucesión.

El mensaje entrelíneas que dejó Adán Augusto López Hernández es que la candidatura se decidirá entre Armenta y Mier, quedando eliminados Gabriel Biestro, Olivia Salomón y José Antonio Martínez García, los secretarios del Trabajo, Economía y Salud, respectivamente, cuyos índices de popularidad son insignificantes.