Ni los dos Mier ni Rivera pudieron brillar en los festejos del 5 de mayo

En la vieja ritualidad priista se acostumbraba que, cuando se estaba cerca un proceso de sucesión gubernamental, los festejos del 5 de Mayo se utilizaban como el escaparate para mandar –de parte del presidente de la República en turno– señales de quiénes podían ser los políticos con aspiraciones para ser el ungido en la candidatura tricolor a gobernador. Ayer se esperaba que ocurriera algo similar y para decepción de los interesados, tres de los suspirantes que estaban presentes fueron desairados, pasaron desapercibidos.

Por primera vez el presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo en Puebla para festejar la Batalla del 5 de Mayo. Hace 4 años no asistió porque estaba en curso el proceso electoral extraordinario de gobernador del estado. Mientras que en 2020 y 2021 la epidemia de Covid-19 canceló toda actividad pública.

Cuando se supo que el titular del Poder Ejecutivo federal ahora si estaría al frente de la ceremonia y del desfile cívico-militar que se utiliza para recordar la victoria del ejército mexicano sobre las tropas francesas en 1862, dos políticos morenistas supusieron que era una oportunidad para tomar delantera en la disputada de la candidatura de la 4T a gobernador de Puebla.

Por esa razón, los allegados a Ignacio Mier Velasco habrían filtrado que el político poblano era invitado especial al desfile del 5 de Mayo y que el llamado a estar presente se lo había hecho directamente el general Luis Crescencio Sandoval González, el secretario de la Defensa Nacional. Y que el ex dirigente priista se haría acompañar de una destacada delegación de 20 diputados federales.
 

Alejandro Armenta Mier desplegó una serie de intensas actividades a lo largo de los días previos a la parada cívico-militar de ayer, que incluyó rendir –el pasado fin de semana– un informe de sus actividades en el Senado ante consejeros estatales de Morena. En general, buscó mostrarse en toda esta semana muy cercano a las bases morenistas.

Al final todos esos esfuerzos fueron vanos y no sirvieron ni para empujarlos tantito en la cerrera por la postulación de la 4T.

En los actos oficiales de ayer –encabezados por el presidente López Obrador—el maestro de ceremonia, de manera acelerada, mencionó que uno de tantos invitados era Ignacio Mier, sin siquiera enunciar que es el coordinador de los diputados federales de Morena. No hubo ningún adorno especial como decir que es coordinador de la bancada de la 4T o un importante líder de Puebla.

Más severos fueron con Alejandro Armenta Mier, quien ni siquiera fue mencionado cuando se presentó a los miembros del presídium oficial.

Otro que no le fue bien es Eduardo Rivera Pérez, el edil de la capital. Tampoco lo mencionaron entre los convocados a los festejos patrios, pese a que éstos se realizaron en la capital que gobierna el panista, quien busca aprovechar todos los reflectores posibles para convertirse, en 2024, en candidato a gobernador por la coalición variopinta de Va por México.

Es cierto que Rivera está fuera de la 4T y más bien es opositor, pero le hubiera ayudado mucho a su imagen pública un abrazo, un saludo fraternal, un intercambio de sonrisas con el presidente de la República.

El desfile del 5 de Mayo –de ayer—recuperó la esencia que se había perdido por el morenovallismo que privatizó dicha actividad cívica.

El finado Rafael Moreno Valle Rosas contrató a una empresa privada para que fuera la encargada de ostentosos carros alegóricos y la organización de los contingentes de estudiantes, que se les impuso rutinas propias de los festivales gringos.

La parada cívico-militar de este año fue austera –pues solo hubo 18 carros alegóricos–, con un papel protagónico de las escuelas que participaron y desarrollando temas de identidad nacional.

Esas características fueron muy apreciadas por Andrés Manuel López Obrador, quien se mostró sonriente, relajado y en muchas ocasiones emocionado, como para estar pensando si a sus espaldas o sus costados, estaba sentado el futuro gobernador de Puebla.

El presidente López Obrador y el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta tienen estilos políticos muy alejados de la añeja usanza priista. En la que todavía creen Ignacio Mier y Alejandro Armenta, quienes fueron fervientes dirigentes estatales del Partido Revolucionario Institucional.